Bueno, bien, da lo mismo, después de la vaselina viene el cimbrel: Austria es un país bonito pero repleto de gente chunga.
Y es que la cosa está muy jodida cuando uno de tus más ilustres vecinos, es conocido en el mundo entero por ser el mayor genocida en la historia de la humanidad. Hablamos de Adolf Hitler por supuesto, nacido cerca de Salzburgo, en plena región de Ostmark (nombre que le
fue dado a Austria durante su inclusión en la Alemania nacionalsocialista). Supongo que no
hace falta relatar las fechorías llevadas a cabo por el enano del bigote. Cosas sin importancia para el líder ultraderechista austríaco
Jörg Haider, que tomó al régimen nazi como referente para elaborar su programa político. Por eso fue repudiado por sus compatriotas... ah ¿que no?... pues no, desde el año 1999 hasta su reciente fallecimiento ostentó el cargo de Gobernador del Estado de Carintia,
elegido democraticamente por sus vecinos. Y es que Haider tiene el honor de ser el líder neonazi más carismático de toda la Europa comunitaria. ¡¡¡Y a punto estuvo de ganar las elecciones generales a la Presidencia!!! En fin...
Todo esto viene a cuento, porque en un corto periodo de tiempo, he visto dos películas de un tal Ulrich Seidl: “Día de perros” e “Import/Export”. Aunque no constituya nada más que una pequeña muestra de su cine, ya me hago una idea de los gustos de este director austriaco. No parece casual que se le haya definido como un Michael Haneke menor -como si eso significara algo, ¿quien es “mayor” que Haneke?- La comparación con el maestro se sustenta no sólo por el tema de la nacionalidad, sino por que al igual que Haneke, Seidl retrata en sus películas una sociedad austriaca podrida y en muchos aspectos sórdida. Es ese gusto por reflejar el lado oscuro de la sociedad de bienestar, tan habitual en la obra de Michael Haneke, maestro del malrrollismo extremo y al que servidor, con insana devoción, admira desde lo más profundo... El caso es que me han gustado bastante las dos cintas de Seidl, especialmente “Día de Perros”, una historia en la que varios personajes de una zona residencial de Viena, a cada cual más turbio, sobrellevan un terrorífico verano en lo climatológico.
Pero la cosa no se queda en los cineastas. Dos de los
principales escritores austriacos contemporáneos son Elfriede Jelinek, Premio
Nobel de Literatura 2004, y el mítico Thomas Bernhard… ¡y los dos están/estaban como una
regadora! No se si habéis leído algo de Bernhard, pero si no lo habéis hecho tenéis que saber que abomina de los puntos y aparte. Toda la narración es corrida, no hay capítulos que valgan, una frase seguida de otra desde el principio hasta el final. Se detiene en el detalle con una minuciosidad obsesiva, avanza un paso y
retrocede otro para volver sobre lo mismo una y otra vez... Por no hablar de sus temáticas, en las que critica con fiereza lo deleznable que el
ser humano puede llegar a ser... en fin, una delicia de lectura. Y de la Jelinek ¿que me decís?, pues que es autora de "La pianista", una de las historias más desagradables que uno recuerda. Y que siempre esta envuelta en la polémica. Pero sobretodo que está jorota perdida.
¿Y en la artes figurativas? Pues conocemos a los brillantísimos miembros de la Sezesion vienesa: Gustav Klimt, Oskar Kokoschka y Egon Schiele, a cada cual más rarito… y más genial, también es cierto. Vale, sí, me vais ha decir que Austria también es la cuna de grandes músicos, patria de Haydn o Mozart, pero coño ¡¡¡que esos también estaban como motos!!! …
¿Y en la artes figurativas? Pues conocemos a los brillantísimos miembros de la Sezesion vienesa: Gustav Klimt, Oskar Kokoschka y Egon Schiele, a cada cual más rarito… y más genial, también es cierto. Vale, sí, me vais ha decir que Austria también es la cuna de grandes músicos, patria de Haydn o Mozart, pero coño ¡¡¡que esos también estaban como motos!!! …
En fin, que en Austria pasa algo raro que yo no acabo de entender... tal vez Sigmund Freud (otro austriaco) podría explicarnos
muchos de los comportamientos de sus compatriotas. Yo sólo me limito a
constatar hechos y en este sentido estos nos demuestran que los austriacos son gente chunga, mu chunga… vamos que, parafraseando a Hamlet, "algo huele a podrido en Austria".
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PD. Ahondando más en la herida, recordar que Gerard Rodax, ex – futbolista del Atlético de
Madrid, también es austriaco. ¡El tío más malo que servidor ha visto en su
vida sobre cualquier campo de fútbol! Aunque tras lo visto durante la pasada Eurocopa , debe de ser un ejemplo para la selección de fútbol capitaneada por Andreas Ivanschitz.
Lo dicho, gente chunga:
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/deportes/ultras/ensucian/nuevo/futbol/elpepudep/20091203elpepudep_15/Tes