Lo
primero que me viene a la cabeza, después de casi fumarme este libro (por la
velocidad de lectura, digo), es que es un tanto excesivo. Se suceden un porrón
de asesinatos a cada cual más dramático, en algunos casos tan
espectaculares que no sólo se vuelven increíbles, sino que rozan lo ridículo.
Pero es que encima, atendiendo a criterios puramente cuantitativos, parecen
demasiadas muertes para una novelita de poco más de 350 páginas. En fin, que
tengo la impresión de que al señor Connolly, John para los amigos, se le ha ido
la mano. Aunque
al autor parece que le va eso del exceso, “caballo grande ande o no ande”, porque peca
de eso mismo en la creación de tramas subtramas sub-subtramas y requetesubtramas, en el gran número de
referencias externas y/o flashbacks explicativos que introduce,
muy bien hilados, eso sí, pero bastantes más de los necesarios.
Sin
embargo, “Perfil asesino” no me ha disgustado del todo. En
primer lugar porque el planteamiento inicial es chulo y engancha de cojones,
pero nada que ver con los Stiegs Larsons
ni los Danes Browns de turno. A
diferencia de estos últimos, Connolly escribe muy bien, se nota que sabe
de lo que habla y, lo que es más importante, sabe como contarlo. Pero como he
dicho antes, el problema no radica en que lo que se narra tenga poco interés, sino en que son demasiadas cosas, demasiados detalles y
anécdotas, que encima nos llegan a través del prota, el detective Charlie
Parker, que acaba por ser una figura poco verosímil. Y es que, por muy buen
detective que sea, es difícil concebir que alguien sepa de tantas cosas.
La
historia en sí va de psicópatas y sectas religiosas, de asesinatos del pasado y
de purgas personales, de malas personas y de personas menos malas… Todo
comienza con el hallazgo
fortuito de una fosa común, a orillas de un lago en el norte de Maine por un
lado, con el asesinato de una médico abortista por otro, y con el extraño
suicidio de una joven investigadora relacionada de alguna forma con una
importante familia de la
zona. Todo apunta a que los huesos encontrados en la fosa son
los restos de un asesinato en masa, el de los miembros de una comunidad
baptista desaparecida sin dejar rastro hace más de treinta años. La conexión
con la investigadora suicida es justamente el objeto de su investigación: la
comunidad de los baptistas de Aroostook. Mientras que el enlace con la doctora
muerta es más complejo y no es oportuno desvelarlo aquí, por si os diera por
leer la novela. En
definitiva, que a la vista de que estos sucesos no están del todo claros,
alguien recurrirá al detective Charlie “Bird” Parker (como el conocido
saxofonista de jazz) para que aporte una explicación plausible.
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En fin, que me ha decepcionado un poco. Sobretodo porque alguien de cuyas recomendaciones me fío mucho, el crítico cinematográfico Carlos Boyero, tiene en gran estima a John Connolly. De hecho si escogí esta novela, fue porque el salmantino, respondiendo a la pregunta de algún internauta, afirmó que los dos mejores episodios del universo Parker son "Perfil asesino" y "El camino blanco". No sé que pensar. Más adelante veremos si me leo el otro. Probablemente sí. Tiempo al tiempo.
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En fin, que me ha decepcionado un poco. Sobretodo porque alguien de cuyas recomendaciones me fío mucho, el crítico cinematográfico Carlos Boyero, tiene en gran estima a John Connolly. De hecho si escogí esta novela, fue porque el salmantino, respondiendo a la pregunta de algún internauta, afirmó que los dos mejores episodios del universo Parker son "Perfil asesino" y "El camino blanco". No sé que pensar. Más adelante veremos si me leo el otro. Probablemente sí. Tiempo al tiempo.
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