lunes, 28 de enero de 2013
Ya estoy aquí de vuelta, chulengos de medio pelo...
Cantaba la Violeta Parra que la vida no es una fiesta. Pero a veces, aunque tan solo sea por breves instantes, sí que lo es. Para suerte nuestra porque si no fuera por ellos sería imposible sobrevivir en este páramo de desolación, injusticia y sinsabores que es la vida. Esa vida a la que la misma artista agradecía el haberle dado tanto.
Todo este rollo es porque ya estoy de vuelta después de un largo viaje que me ha llevado a cruzar el océano hasta llegar a las tierras que vieron nacer y florecer a Violeta Parra. Unas vacaciones de invierno tras las que vuelvo cansado pero contento. Agradecido a todas la gentes con las que me he topado y que pueblan ese alargado e inmenso país llamado Chile. Desde Santiago, a Valparaíso, desde la Región de los Lagos a la Araucanía y desde la región de Magallanes hasta la Patagonia argentina (en una breve incursión en la patria de Maradona que aproveché para visitar el impresionante glaciar del Perito Moreno). Cuatro semanas fantásticas que me dejan recuerdos imborrables, si bien no todos ellos en forma de fotografía, ¡no os asustéis!
En fin, lo dicho, que ya estoy de nuevo por aquí, presto a retomar este microespacio en la blogosfera. Próximamente me alargaré con más cuestiones relativas al viaje, intentando hacerle justicia con mis palabras a Chile y a los chilenos. Además de transmitir mis impresiones sobre los últimos acontecimientos aquí y allá, o reseñar mis últimas lecturas. Hasta pronto. Os dejo con la Violeta y su “Arriba quemando el Sol” (imágenes de la interesante película “Violeta se fue a los cielos” dirigida en 2011 por Andrés Wood).
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