Hace
la tira de años ya, íbamos hacia alguna parte en el coche de un
amigo -si no recuerdo mal, el del primer amigo con coche- y el tío
nos sorprendió con un cedé que le habían enviado desde no se cual
sello al que solía comprarle ingentes cantidades de material. El
disquito en cuestión era el “Pop American Style”, un doble CD
de cuarenta pistas que recopilaba la obra de otras tantas bandas
de indie pop gringo de las que, por aquel entonces, no
habíamos oído ni hablar. Entre ellas, reluciendo como diamante en
una mina de Bostwana, estaba “Old Junk for Fashion” de Verbena,
que pasó a la categoría de himno de la cuadrilla desde el primer
instante en que sonó.
Y
aunque la lógica del melómano hubiese debido llevarme a la caza y
captura del “Souls for Sale”, álbum de debut de Verbena en el
cual se incluía una versión menos guarra de este temazo, por
motivos que no puedo explicar ello no fue así. Quizás me harté de
buscarlo, o tal vez nos cansamos de poner aquel disco en sesiones non
stop pasando a alguna otra novedad de las que ofrecía el
panorama noventero a unos chavales ávidos de descubrimientos
musicales. El caso es que pasarían unos años hasta reencontrarme,
de forma azarosa, con esta banda de Birmingham, Alabama, capitaneada
por Scott Bondy (hoy conocido como AA Bondy). Y ese reencuentro sería
a través de una copia del segundo álbum de la banda, el “Into the
pink” (el disco rosa para los amigos), depositada en la sección de
saldos de una conocida superficie comercial. ¡Glorioso
acontecimiento!
Como
os he dicho el “Into the pink” es el segundo álbum de Verbena y
fue publicado en 1999, en lo que a la vez suponía su debut en un
sello importante como Capitol Records. Encima estaba producido por un
Dave Grohl en la cresta de la ola, gracias a sus Foo Fighters (y a
vivir de las rentas que otorga el haber sido batería de Nirvana, que
todo hay que decirlo). Pero pese a tenerlo todo de cara para
triunfar, Scott Bondy y sus Verbena se comieron los cagaos.
Posiblemente por la sensación de déjà vu que dejaban algunas de
sus composiciones, seguramente con responsabilidad directa de Grohl,
en la onda de aquel sonido surgido unos años antes en la ciudad de
los Supersonics. Algo que no pudo borrar ni la voz arrastrada
de Scott Bondy, ni los juegos vocales con la bajista/vocalista Anne
Marie Griffin, ni la batería machacona de Les Nuby.
Y es
una pena porque “Into the pink” es un auténtico discazo en el
que se incluyen pepinos como este “Baby got shot” que os incrusto
arriba, “Oh my” o “Pretty please”. También imponentes medios
tiempos como “John Beverly” o “Prick the sun” y baladas como
“Lovely isn't love” o la maravillosa “Big skies, black rainbows” a modo de despedida y cierre de un disco que, si bien no
es redondo, es lo suficientemente bueno como para haber merecido algo
más de atención.
Y esto es todo amigos...
...bueno, esto y que, como decía el del chiste... -"¡¡¡queréis verbenaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!
Los caminos de la música son inexcrutables, sobre todo para aquellos que hacemos de cuatro datos, dos acordes, y una pequeñez toda una epopeya en le que nos va la vida. Y digo cony!! Alguién tendrá que estar por lo que a la mayoría le importa una mierda!!
ResponderEliminarEn fin, que igual somos una subespecie; pero como mola escarbar donde otros mean...
Pues sí y si hace falta hasta sin guantes. ¡Y a mucha honra!
ResponderEliminarSalut M.A.