Sirva
el título como declaración de intenciones más que como punto de
partida. Y es que, con la autoridad que me otorga el haberme tragado
las tres temporadas de las que, al menos hasta el momento, consta
“Forbrydelsen”, y algún que otro episodio (¡no hace falta más!)
de su remake norteamericano, puedo afirmar y afirmo
queeeeeeee... ¡¡¡na' que ver!!! Vamos, que Sarah Linden
(“The Killing”) no es Sarah Lund (“Forbrydelsen”) ni de
lejos. ¡Ya quisiera la Linden! Bueno, eso y que gringolandia
tampoco es Dinamarca. Y teniendo en cuenta que la fortaleza de la
historia radica en su principal protagonista y que esta no se
entiende sino es en el contexto de una asentada, civilizada y hasta
tediosa sociedad como la danesa, pues que queréis que os diga...
“Forbrydelsen” 10 - “The Killing” 0. Y es que la
escasa
afición del público estadounidense a leer
subtítulos continua
provocando
que
padezcamos
este mal. Que algo ya rodado (y
en
ocasiones como esta, excelentemente rodado), se tenga que volver a
hacer,
pero ahora en inglés y con actores anglosajones, para que aquel
público se acerque al producto, no
tiene nombre.
Y la pena no es solo la perdida de recursos y tiempo que
ello supone (un
tiempo que
podría emplearse en crear nuevos
productos
más
o menos
interesantes),
sino que en la mayoría de ocasiones el remake
gringo
no
es ni siquiera decente. Y aún cuando lo es no
aguanta
la comparación con el original, por mucho que obtenga mejor
fortuna. Esto
último es lo
que ha pasado con “The Killing”, serie mucho más popular que
“Forbrydelsen”,
en
una
nueva prueba
de que vivimos en un mundo repleto
de
mónguers.
Bueno,
¿pero que cosa es “Forbrydelsen”? Pues una serie policíaca,
absorbente como pocas, danesa como algunas otras, bien escrita y
mejor rodada, que
transcurre
casi en tiempo real en el sentido de que cada
episodio
cubre
un día,
más o menos, de labor policial
en
relación a un caso.
Una
serie que
ha conseguido revolucionar un
genero tan
manido como el
policial y todo gracias a su personaje
principal, la hechizante inspectora de la policía de Copenhague
Sarah Lund. Uno de los personajes femeninos más atrayentes de la
historia de la televisión. Una tipa aguda,
extremadamente inteligente, pero
socialmente discapacitada.
Una
tullida en lo que a las relaciones humanas se refiere, sean con
los
jefes, compañeros, parejas (o
posibles parejas)
y hasta
familia.
Y es que como comentaba alguien en algún blog,
Sarah Lund es antes policía que persona y es capaz de llevar esta
máxima hasta sus
últimas consecuencias. Por otro lado, enraizando con la mejor
tradición de la novela negra nórdica, Sarah Lund dista mucho de ser
una
policía
infalible. Se equivoca y mucho (en la vida casi siempre), lo cual no
le impide seguir currando
con ahínco hasta descubrir nuevas pistas que la
lleven
a resolver el asunto.
En este aspecto se parece mucho a Kurt Wallander, el fantástico
personaje surgido de la pluma de Henning Mankell, con sus falsas
pistas, errores,
equivocaciones...
vamos,
los que seáis asiduos al universo wallanderiano
me
entenderéis.
Dos
personajes que también
se asemejan en el aspecto personal, en el
mencionado
autismo social, también
en
su workaholismo,
si bien la Lund es alguien
que resulta mucho
menos
amable que
el gordito de Ystad, a
quien
se
le coge
cariño desde
el minuto uno.
Como
he dicho al comienzo, hasta ahora se han emitido tres temporadas de
“Forbrydelsen”. Cabe
destacar la primera y la última. Porque
la
primera es sublime y
la
segunda tan
solo decente,
o
sea, es buena pero algo
decepcionante. La
tercera es una puta barbaridad que se cierra con uno de los finales
más impactantes que yo
haya
visto.
También os he dicho que “Forbrydelsen”
es
una serie policíaca. Pues
bien, lo
es pero no
sólo
es
eso, sino mucho más. Es
un drama enorme repleto
de momentos
antológicos, en el que
vemos a polis intentando rearmar
las piezas de un enrevesado
puzzle,
pero también nos
asoma a
las cloacas de la alta
política
y nos
permite asistir
emocionados a
los dramas
de las familias relacionadas con las diferentes
tramas.
La serie danesa es insuperable, tienes toda la razón. Marlene
ResponderEliminarMe alegro de no estar solo en esta guerra.
ResponderEliminarUn saludo Marlene... y gracias por comentar.