Ni
Jellyfish, ni la
Electric
Light
Orchestra
han
sido nunca
santo
de mi devoción. Bueno,
en el caso de Jellyfish
me
mantengo en mis trece, no así en lo que respecta a la banda
de Jeff Lynne. Y
es que, conforme he ido sumergiéndome en la extensa obra del
cantante,
compositor
y
productor
de Birmingham, he ido cogiéndole
cariño a
la formación con
la que
se
hizo celebre.
Y si bien le sigo
prefiriendo
con The
Iddle Race y,
por supuestísimo, con los Traveling Wilburys -el
supergrupo que formó junto a George Harrison, Bob Dylan, Roy Orbison
y Tom Petty-,
cada vez me mola más el rollo sinfónico comercialote practicado
por la E.L.O.
Todo
esto para introducir a El Inquieto Roque, para algunos
los Jellyfish españoles, siempre
y cuando
el cantante de la mítica banda californiana hubiese sido el
mencionado Jeff Lynne. ¿Y
quien es este hombre? Pues un talentoso
músico valenciano que, tras
unos añitos picando
piedra, puede vanagloriarse de haber
firmado
uno
de los mejores discos nacionales publicados
durante el
pasado 2014, “3D”. Enorme colección de melodías que, sin embargo, no
tuvo toda la repercusión que seguramente merecía. Tal vez por eso
lo pasé por
alto a la hora de elaborar mi lista anual de recomendaciones. Bueno,
por eso y porque ni
siquiera lo
había escuchado.
Mi
desquite se está produciendo justo
ahora, a comienzos de este 2015. En
gran parte por culpa de
-o más bien gracias a-
una
web
gringa
a la que no recuerdo como llegué y que califica “3D” como el mejor
disco de pop
melódico publicado en el 2014 de entre los cantados en lengua diferente a la usada por Shakespeare o Lebron James.
Desde entonces hasta ahora me he puesto las
pilas,
recuperando el tiempo perdido y ya son varias las semanas con este “3D”,
tercer trabajo de Roque Esteban bajo la
etiqueta El
Inquieto Roque, como banda sonora. Pero nada mejor para acabar de resarcirme como acudir al
concierto que ofreció el pasado viernes en El Loco. Un
concierto fantástico.
Mejorando incluso la mejor de mis expectativas. Y
es que la particular voz de Roque suena aún mejor en el contexto de
una actuación en vivo. Alucinante, en serio. También
los juegos vocales junto a otros
miembros de la banda. Protagonistas de varios de los mejores momentos
musicales
de la velada.
Por ahí desfilaron todos los jitazos
incluidos en este “3D”, desde ese “Hay algo muy dentro de mí” que tanto me recuerda a
“Mr. Blue Sky”, pero también a la “Señora azul” de Cánovas,
Rodrigo, Adolfo y Guzmán, hasta la maravillosa “Me siento
transparente”, mi favorita del álbum. Canciones bien cosidas y
mejor interpretadas en las que se aprecian guiños a lo mejor del
power pop anglosajón, pero también a los Beach Boys más eufóricos. Y todo ello ejecutado en un bonito y cristalino castellano, que nunca llega a caer en el
abismo del ridículo. Y eso que en ocasiones se arriesgan a transitar
por el alambre en canciones como “Chiliburguer”, sin duda, una de las más divertidas.
He
dicho ya que me
encanta el último disco de El Inquieto Roque. Pues
eso.
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