Al
parecer, aunque sea científicamente inexacto o al menos no todo lo
exacto que debiera, usamos el término ballena en un sentido
demasiado amplio, refiriéndonos a todos los grandes cetáceos
incluidos en el suborden Mysticeti como el rorcual azul y a varias
especies del suborden Odontoceti como por ejemplo el cachalote. A
Philip Hoare, editor de fanzines, ex-mánager de alguna banda punkarra,
diseñador de portadas de discos e incluso dueño de una discográfica, le
sienta muy bien ese trazo grueso. ¡Y es que le molan todos ellos!
Siente auténtica pasión por estos enormes mamíferos marinos,
¡incluso obsesión! Y no solo por las ballenas, sino por todo el
universo formado en torno a ellas. Incluyendo ahí -¿cómo no?- a Herman Melville y a su ballena asesina.
Reconozco
que, hasta introducirme en este absorvente ensayo titulado "Leviatán
o la ballena", a mí, el mundillo de los cetáceos ni fu ni fa.
Ni siquiera he leído el ópus magnum de Herman Melville -cuestión
esta que pienso enmendar en breve- siendo mi único acercamiento a Ismael, el siniestro capitán Ahab y la
historia de Moby Dick, el que me llegó a través de
la adaptación cinematográfica firmada por John Huston en el año
56.
Con
esos antecedentes no se entiende muy bien el regocijo
que ha supuesto para mí la lectura de este tocho publicado en 2.009 y ganador ese mismo año del Premio Samuel Johnson
al mejor ensayo en Reino Unido. Pero es que el
entusiasmo que muestra su
autor por las ballenas es
contagioso. Hoare irradia
pasión por el bicharraco de marras y nos lo transmite en un volcado de
datos históricos, literarios y en menor medida científicos.
Todo ello trufado por un cúmulo de vivencias y experiencias
personales que hacen que el libro transite entre el rigor del ensayo zoológico,
la curiosidad que suscita la literatura de viajes y lo ameno de una novelilla de aventuras.
Una
verdadera obra maestra sobre la
contradictoria relación que el hombre ha mantenido con esos
leviatanes del mar a lo largo de la historia.
En algunos casos con posiciones no tan
alejadas a la de aquel capitán del Pequod, barco
ballenero de "Moby Dick", que consagró su vida a navegar
por los siete mares con el fin de capturar a su
presa.
Un gran libro que puede suponer un buen punto de partida
para explorar el mito y el misterio de esos grandes e incomprendidos
mamíferos marinos.
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