sábado, 31 de mayo de 2008

Un gilipollas llamado Arturo


Sobre estas líneas la ilustre faz de don Arturo Pérez-Reverte, cartagenero de 57 años, miembro de la R.A.E desde el año 2003, famoso corresponsal de guerra y escritor de novelas de éxito como “La tabla de Flandes”, “El Club Dumas”, “La Reina del Sur” o la saga del Capitán Alatriste.

Alguien que suele hacer gala de su mala leche y que utiliza su afilada pluma y su ingenio, que lo tiene, para soltar mamporros a diestro y siniestro. Trasmutado en la figura de su personaje más reconocido, el mencionado Capitán Alatriste, rara es la semana que don Arturo no le atiza a algún político, rector de universidad, filósofo o personaje público. A unos por ser demasiado de derechas, a otros por ser demasiado de izquierdas, a aquel de más allá por ser un inculto y a éste de más acá por ser asquerosamente culto. Da igual, cualquier circunstancia vale para meter el dedo en el ojo a quien le venga en gana. Pero aaay amigo... la carne es débil y el dinerito fácil nunca viene mal. Así que, cuando se cruzó en su camino Doña Cuaresma con el fajo de billetes en la mano, cerró los ojos y se tapo la nariz abogando por aquello tan summeriano de to er mundo é güeno.  

Alguien que no hace mucho afirmaba en las páginas de El País que “pocas fechas han sido tan interpretadas y manipuladas como el 2 de mayo de 1808”, ahora se presta a los fastos organizados por la Presidenta de la CAM, a mayor gloria de ella misma. Debe ser el embrujo de los binladens. Eso o el encanto de Aguirre, “la cólera de Dios” -y que me perdone don Werner Herzog-. Que no va el tío y acepta comisariar la exposición “Madrid, 1808-2008 - Un pueblo, una nación”, apoyando públicamente a una Esperanza Aguirre que en la presentación soltó perlas de esta guisa: “Si los españoles se rebelaron contra Napoleón fue precisamente porque ya tenían conciencia de que España era una nación, de que era una gran nación y por eso no podía soportar que nadie le impusiera su voluntad”. Una patada a la historia en toda regla. Pero vaya, don Arturo ni mú...

Y este es Pérez-Reverte, un señor que se las da de independiente, íntegro y culto a más no poder, modelo de la intelectualidad buena, la insobornable… En fin... ¿Para que añadir nada más?

...o bueno sí. Que hace tan solo un mes decidió dar por terminado un encuentro digital del diario El Mundo, al considerar “poco inteligente” la selección de preguntas de los internautas. Y es que tal vez el tipo sea demasiado inteligente para nosotros, la plebe. O quizás la explicación vaya porque ahí no cobraba nada. Y es que al final, como reza el refrán, todo depende del cristal con el que se mire. Y si es a través de una copa de cristal Baccarat todo se ve mucho mejor¿Cómo era aquello que decía Ford Farlaine? Ah sí… “Tanto gilipollas y tan pocas balas”. Pues eso. 

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