viernes, 13 de mayo de 2011

¡Siempfree positiffo!


Una compañera de trabajo me cuenta que siempre dice a sus hijos que cuando les pase algo malo, sea lo que sea, tienen que buscar el lado positivo del asunto. Sin embargo, el pasado fin de semana, el pequeñín de la familia perdió su preciadísima colección de cromos. Y por mucho que berreara, pataleara, se encomendase a San Antonio o pusiera patas arriba los cajones de su cuarto, el chiquillo no fue capaz de encontrarlos, así que no pudo eludir su primera gran decepción en esta vida plagada de sinsabores. Pues bien, en un acto de madurez impropio para su edad -el crío tan sólo tiene nueve añitos- se plantó todo digno ante la madre y le espetó lo siguiente: “Mamá, ¿me puedes explicar cual es la parte buena de haber perdido mis cromos?” Su madre, obviamente, no supo que contestarle. Y así fue como esta personita aprendió una gran lección, esa que dice que las cosas no siempre tienen un lado positivo. Y cuando antes lo asuma pues mejor para él, sino corre el riesgo de que le ocurra como a otra mucha gente que se pasa la vida consolándose con tamaña mentira. Mientras tanto, la mierda se cierne sobre sus cabezas.

Más o menos relacionado con la positividad y el consuelo, extracto un párrafo que me encanta de “La piel”, del italiano Curzio Malaparte:
Encendimos un cigarrillo y empezamos a fumar observando los cadáveres alineados sobre la acera bajo la luz cegadora del reflector. De repente oímos un clamor terrible. La muchedumbre había asaltado la ambulancia arrojando piedras contra los enfermeros y soldados.
-Acaba siempre así -dijo el ingeniero-. La gente pretende que los muertos sean llevados al hospital. Creen que los médicos podrán resucitar los cadáveres con alguna inyección o la respiración artificial. Pero los muertos, muertos están. ¡Más muertos que eso…! ¿No ve a qué están reducidos? Tienen la cabeza aplastada, el cerebro fuera del cráneo saliéndole por los oídos; los intestinos en los calzones. Pero el pueblo es así; quiere que sus muertos sean llevados al hospital, no al cementerio. El dolor enloquece a la gente.
Me di cuenta de que hablaba y lloraba. Lloraba como si no fuese él, sino alguien que estuviese a su lado. Parecía que no se diese cuenta de que lloraba, y estuviese seguro de que alguien, a su lado, era quien lloraba por él.
Yo le dije: 
-¿Por qué llora usted? Es inútil.
-Es mi única diversión, llorar.
-¿Diversión? Querrá usted decir consuelo.
-No, no, quiero decir diversión. También nosotros tenemos derecho a divertirnos de vez en cuando – dijo el ingeniero, echándose a reír-. ¿Por qué no prueba?
-No puedo. Cuando veo ciertas cosas me vienen ganas de vomitar. Mi diversión es el vómito.
-Es usted más afortunado que yo – dijo el ingeniero-. El vómito aligera el estómago; el llanto, no. ¡Si yo pudiese vomitar!
            Y se alejó abriéndose paso con los codos entre la muchedumbre que aullaba y gritaba amenazadora.
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Obviamente el niñor que ilustra la entrada no es el hijo de mi compañera. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.  

3 comentarios:

  1. Esto me parece absolutamente genial. Altísimo nivel.

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  2. hola!!!!!
    bueno, lo primero; qué risa la foto,su estilo tan puramne 80s, tan altamente andrógino me ha recordado a un concurso que yo hago en el facebook y que he llamado "ADIVINA QUIÉN ES EL DE LA FOTO Y ESO QUE TE LLEVAS" -creo que esta vez insonscientemente he jugado yo,jeje- consiste en que pongo una foto y todo el mundo se estruje los sesos intentando dar con el/la cantante que antes nos llevaba esas pintuquis.
    ah, que te diga Txarls. él ha debido ganar un 80% de ellos, jaja!!!

    Por otro lado me has dejado con una intriga tremenda..: pero cómo que perdió los cromos, así, sin explicación??? quién se los cogio, robó, tiró a la basura por error?! Fue le hombre del saco, un hermano celoso de la colección, la propia madre para que se dejase de obsesionar con el que le faltaba? En definitiva..: quién mató al mayordomo? (porque todos parece culpables).jeje

    Bueno, dear Sulo, hay una cosa en la que no estoy de acuerdo: El positivismo es una arma con infinito poder, de destrucción masiva frente a la gente amargada, los que saben relativizar, canalizar y reponerse de las cosas -las derrotas, disgustos, pérdidas, sueños rotos- con buen espíritu les dan mil vueltas a los amargados y grises, hipocondriacos de sus problemas, dráculas de la energy de los,entusiastas, aunque suelan ser entendidos como los perdedores. o haya quien piense que son ingenuos.

    Y sí,es cierto lo del dolor: nos conseguimos aguantarlo, pero por otro lado es extraño que se haga una mise-em-scene. no hay más que pensar en una figura histórica que llega hasta el día de hoy: las plañideras.

    chao,bss

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  3. No digo que no tengas razón, pero a veces se hace ciertamente complicado encontrar el lado positivo de las cosas y, sinceramente, creo que en ocasiones ni siquiera es bueno estrujarse la cabeza con eso, porque simplemente no lo hay, así que cuando antes lo aceptemos mejor para nosotros. Con todo y con eso, creo que funcionar viéndolo todo en clave negativa, sin dar cabida en ningún momento a la positividad, así en general, pues tampoco es una buena opción... Es más, seguramente sea aún menos sano que lo anterior. Saludos...

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