miércoles, 2 de mayo de 2012
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Detecto un problema en la aplicación estrella del Servicio –por cierto, pagada a precio de oro a unos señores de apellidos sospechosamente coincidentes con los de destacados miembros de “la Casa”- e inmediatamente se lo comunico a mi superior, un jefe de Sección con más tiros pegaos que Harry “el sucio”. Pensando en las complicaciones que de ese error se pudiesen derivar, el hombre me pide que le envíe un correo electrónico en el cual se explique, esquemáticamente y en lenguaje para torpedos, cual es el problema y las posibles consecuencias. Se lo envío tal que así, al gusto del consumidor, para que él, a continuación, se lo pueda rebotar a un superior jerárquico, el jefe del Servicio. Según se ve, éste último leyó el correo, vio que la cosa pintaba bastante fea y aún podría llegar a ser peor, por lo que decidió elevar la cuestión a su inmediato superior, el Subdirector General. Palabras mayores. El Subdire, que es muy majete, mu salao, guapetón, jachondo y muy de tó, haciendo gala de su inmensa capacidad resolutiva, decide que lo mejor es hacer llegar el correito de marras hasta la mesa de la Directora General, ¡ni maj ni menoj!, y que esta decida ...no sin antes comunicar esta circunstancia al jefe de Servicio, que a su vez se lo comunicó al de Sección, que a su vez me lo dijo a mí.
Eso fue el lunes por la mañana. Hoy, a primera hora de la tarde, veo como a mi bandeja llega el (mi) puto correo con la marca de cada uno de los reenvíos sufridos. La genial aportación de la Dire se resume en una sencilla orden, expresada de la siguiente forma: “Enterados del problema detectado en la fase … de la aplicación…, estimamos que se habría de resolver la cuestión a la mayor brevedad posible. Atentamente …”. Eso es decisión, sí señora... ¡para este viaje no hacían falta alforjas! Lo peor de todo es que ya ni me sorprende.
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Eso es el trabajo… un bien que escasea… por el cual nos peleamos… pese a que nos aliena… y hasta nos cabrea.
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Asterix y las 7 pruebas?
ResponderEliminarMe identifico plenamente con tu relato. Yo voy atravesando fases. Al principio me indignaba con lo que veía, después discutía con "toDios" (jefes, compañeros y usuarios) y ahora paso de todo, llego, me pongo los auriculares y que les den a todos, a mamarla!
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