Para confirmar que Richard Buckner es uno de los grandes del country alternativo, basta con darle una oída a cualquiera de sus dos últimos elepés: “Meadow” (2006) y “Our Blood” (2011). Este último contiene la genial colección de canciones que el folk-singer californiano vino a presentar a Valencia el pasado martes noche. Acompañado únicamente de su guitarra, esta especie de Damien Jurado con trencitas ofreció un larguísimo show, sin apenas interrupciones –¡chúpate esa Barry Burns!-, en el cual fueron desfilando maravillas como “Traitor”, “Escape”, “Collusion”, “Witness”, “Confession”, “Hindsight”, así como otros cortes incluidos en sus discos anteriores.
Con nueve álbumes a sus espaldas, la historia del señor Buckner comienza a escribirse a mediados de los años 90, en pleno apogeo del grunge, cuando debutó con “Bloomed” (1994). Un disco con el que llamaría poderosamente la atención de la crítica especializada. De ahí que, prontamente, una multinacional decidiese explotar su incipiente potencial. Sin embargo, la experiencia no fue demasiado buena. Parece que el espíritu independiente de este talentoso cantautor no casaba con las prioridades de la corporación. ¡A Dios gracias! Eso propició que acabara firmando por Merge Records, donde lleva publicados sus tres últimos álbumes, entre ellos el que para casi todos es el mejor hasta la fecha. Ojito a las críticas cosechadas por “Our Blood”:
“Our Blood, con su gracia deshilachada, hecha jirones, refleja de manera persuasiva y muy accesible para el oyente su perseverante viaje poético, con esas preguntas y respuestas -tanto al pasado como al presente, elípticas y enormes- con las que Buckner nos agarra” (Allmusic)
“Los barbitúricos vocales de Richard Buckner me han hecho recordar muchas veces a los del barítono adormilado Don Williams. Pero hay mucho más en Richard que solo su voz. Para empezar, os diré que Williams, -el gran gigante elegante de Nashville-, nunca hizo un disco tan intenso ni belllo como este ‘Our Blood’ de Buckner” (Dusted Magazine)Pues bien, ha sido ahora, en el mejor momento de su carrera, cuando unos pocos pudimos deleitarnos con la voz ronca y esas interpretaciones de guitarra llenas de color marca de la casa. Algo extraordinario en esta ciudad de segunda a la que no suelen acudir bandas demasiado importantes o, si lo hacen, vienen cuando ya están de capa caída. Con ello pretendo pegarle un tirón de orejas a todos aquellos (supuestos) amantes de la americana, el alt-country o la buena música en general, que no acudieron al evento y consintieron que la actuación se desarrollase en un lamentable petit comité. Más aún cuando la entrada era lo suficientemente asequible (¡11 euros por dos tickets!) como para no tener que empeñar las joyas de la abuela. Después nos quejamos de que aquí no viene a tocar ni el Tato… pero claro, si no hay público ¡¿quién coño va a venir?!
Pues no lo he escuchado y por supuesto que lo haré. Muy buena recomendación, saludos.
ResponderEliminarPues dale una oportunidad, te puede gustar mucho. Por cierto, grande Ry Cooder, sí señor...
ResponderEliminarhola!!!!
ResponderEliminarsangre de tu sangre.. ay Gi, me encantan tus juegos de palabras, lo que echaba de menos tu humor bloggo-sphere.
bueno, aqui ando, de vuelta a las andadas.. finger crossed..! *_*
lo primero decirte lo bien que entiendo tu desazón, a mí no puede darme más pena lo de los conciertos minoritarios. Supongo que forma parte de la profesión, quizá un tipo así pueda saber aprovechar escasos fanes para ofrecer otro tipo de show, no siempre tiene que ser un fracaso. Quizá tenga categoría, incluso la obligación, de cobrar mucho más (la gente se había dado cuenta de qué pasaba. A muchos curioso les da por investigar sglorias qwue no conocen. Y ese dato muchas veces lo da la sala en la que tocan. No sé, hay factores aleatorios en las convocatorias: La gente con la lluvia se vuelve desperadamehe perezosa. O decide impepinablemente no salir los martes, haya lo que haya. A eso se añade la a veces malísima incluso inexistente promoción, no sé si era el caso.
Buneo, yo tampo lo coocía pero me fío de ti, ya lo sabes. He empezado por "Traitor", preciosidad de base. Tiene algo... Me gusta la mezcla de elegancia y ese chascarrido, casi de low-fi.
No siendo yo precisamente de las que logra empatizar y viajar muy lejos con la Americana... me gusta que lleve trenzas. Y que me recuerde a Flagstaff, el punto más Este al que conseguí llegar en el road trip to Rout 66: esa pequeña localidad sonaba a la música de este tipo, te lo aseguro.
me reservo una historia allí acontecida para el encuentro venidero..!!
y.. ¿tengo mal oído si te digo que me recuerda a Frsucinate, Howe y Calexis un poquiño a cada..?
besote!!
*fé de errata: Caléxico.
ResponderEliminaraunque igual lo has pillado al vuelo, no me extrañaría ná..
Pues no me lo había planteado así, puede que tengas razón, pero mi desazón es porque esa estampa de conciertos vacíos (en las más de las ocasiones) o semi-vacíos (en las menos), se está convirtiendo en la tónica habitual en esta bonita y corrupta ciudad a orillas del Mediterráneo. Y eso, al final, supondrá que nos volvamos a salir del circuito como antaño y para ver a cualquiera -y no necesariamente a primeras espadas- habrá que coger el tren... y la expectativa no me seduce, la verdad.
ResponderEliminarY sí, estoy de acuerdo en tus evocaciones al gran Howwie Gelb y a sus ex-compañeros de Calexico...
Me apunto lo de la anécdota... pasao mañana o al otro espero me la cuentes...
Ciao