Una de
las bandas cuyo disco de debut más me ha entusiasmado en muchísimo tiempo, pasó por Valencia. Bendita oportunidad. De las que escasean por
estos lares. Sin embargo, aunque fue el pasado miércoles noche cuando los Dry
the River sonaron por acá, aún no os había hablado de ello. No es culpa mía… o
bueno sí, pero para una vez que me tomo unos días de vacaciones, tampoco era
cuestión de perder el culo buscando un cibercafé en el cual colgar la crónica
del concierto.
Bien,
vamos allá… Dry the River son de Londres y como he dicho al comienzo, tan solo
ostentan en su haber un álbum, el glorioso (sí, habéis leído bien) “Shallow
Bed”. Es por ello el que un servidor pagara la mordida de rigor (subida del IVA
incluida) para ver como se defendían en directo. Y ello a pesar de que como me
olía y acabó por confirmarse, su actuación iba a ser más bien corta, ya que se
presentaban como teloneros de los galeses Los Campesinos! Con todo, a pesar de
los escasos cuarenta minutos que duró su concierto, terminaron por convencer a
un público más emocionado con su puesta en escena que en toda la actuación de
los sobrevaloradísimos cabezas de cartel.
Si he
remarcado la procedencia londinense de estos chicos ha sido por dos motivos. En
primer lugar porque ellos mismos se encargaron de dejarlo bien claro al
comienzo del bolo y en un más que correcto castellano: “somos Dry the River y
venimos de Londres, Inglaterra”. Supongo que la aclaración era por si había
algún despistado en la sala incapaz de ubicar la capital británica en un mapa
(que también manda caralho!!!) El segundo y más importante es para puntualizar que, si bien Dry the River son de allí, no suenan como una banda inglesa
cualquiera. Podría afirmarse que los tipos ofrecen una suerte de sonido que
los entronca más con las bandas de americana o alt-country/bluegrass de nuevo cuño. Podrían ser perfectamente una de
esas propuestas barbudas venidas de ultramar, tan del gusto del que firma esta
entrada. Pero no, Dry the River no son de Athens, ni de Austin, ni de Denton o Jacksonville, son de Londres y suenan de cojones, lo digo ya. Principalmente,
aunque no solo, por la maravillosa voz de Peter Liddle, el líder de la banda,
un tipo escuchimizado que vendría a ser como si Chris Owens (el de los Girls)
formase parte de los Fleet Foxes, pero con una voz celestial que en ocasiones
recuerda a Jónsi (Sigur Rós), en otras a Anthony (sin/con the Johnsons) y en
otras al mismísimo Ben Bridwell (Band of Horses, Carissa’s Wierd). Sus
compañeros tampoco se quedan cortos. De hecho los mejores momentos de la noche
tuvieron lugar cuando los chicos se soltaron en composiciones interpretadas
casi a capella (canciones que, para un servidor, son las mejores de su todavía exiguo
repertorio).
No puedo
decir mucho más del concierto, más allá de criticar a los que no estuvisteis
allí. Si bien, vosotros os lo perdisteis y ahí está vuestra penitencia. Por otro lado, por una vez y sin que
sirva de precedente, la sala estaba casi llena. Algo extraño en una ciudad en
la que los feligreses habituales en este tipo de eventos nos llamamos por el
nombre. De la actuación de Los
Campesinos! prefiero no comentar nada porque no quiero herir susceptibilidades…
aunque debería.
Ah! y si queréis escuchar el disco de Dry the River lo tenéis aquí en streaming, o aquí en Spotify for free.
Y aquí
abajo incrustado tenéis su video choriflai de “The Chambers & the Valves”
...y de regalo esta preciosidad titulada “No
rest”.
...y ya
puestos, la que fue la mejor de toda la noche:
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