Vale,
sí, fui al Festival de les Arts y no había dicho ni mú. Y es que, me he pasado estos días meditando sobre mi experiencia en el que, algunos pretenden,
sea el festival musical hegemónico de la primavera valenciana. Y la
verdad es que, al final de la carrera, fue menos malo de lo esperado.
Bueno, mejor dicho, no llegó a la categoría de zurullo, tan solo a la de caquita de oveja.
Y baratico, que eso es de agradecer, no solo en lo a que al precio de
la entrada se refiere, también en el coste de privar.
Se
presentaba esta segunda edición con Manel, The Strypes y los Drums
como cabezas de cartel. O al menos, como propuestas más interesantes
para un servidor. Ellos y el resto de bandas clónico-vetustas
que hacen las delicias de la muchachada. Alguna vez alguien
debería explicar en que se diferencian el tal Izal, Miss Cafeína,
Supersubmarina, Sidecars y demás mondongos. Y es que cada vez
resulta más complicado distinguirles entre sí. Por no hablar de que,
a santo de qué el modelo debe ser, sí o sí, Vetusta Morla. Que no
me parece ni bien ni mal, de hecho respeto a la banda de Tres Cantos,
¡pero hostia puta! que hay miles de bandas más a las que copiar, ¡cojones! No cuesta nada ser original aunque tan solo sea para aprovecharse de angustias ajenas. Eso por no hablar del ritmo de publicación de discos que se
gastan los gachones. No Vetusta sino los mencionados vetustos.
Cualquiera diría que compran estribillos al peso y con eso ya les
vale para parir discos año tras año. Eso satisface a ese público entregado de antemano. Aunque quizás lo que les hace
grandes (jeje) es que hacen música para oídos poco exigentes y que
lo de ir a verles/escucharles es una escusa para emborracharse,
salir, ligotear y, a ser posible, meterla en caliente. Desde
esa óptica nada a oponer. Desde la estrictamente musical sí y mira
que lo siento peña, pero es que el tal Izal es aborrecible. ¡Si lo
reivindica hasta Pdr Sncz! Ostia què voleu???
Pasando
a lo meramente artístico (y la música lo es fans de baratillo, o al
menos debería serlo), deciros que el primer día vi, así de
seguidito, a Ángel Stanich, a Manel, The Dandy Warhols, Siberian
Wolves y The Strypes. Y aunque me dejara por el camino a Senior, a
los Fratellis o incluso a We Are Sciencists, la sensación que me
quedó fue de satisfacción. No solo eso. De no ser por la jornada
del viernes hubiese calificado mi paso por el festival de auténtica
mierdaka. Y es que el cartel del sábado telita...
El
principio de todo fue con Ángel Stanich, trasunto peludo y
psicotrópico del mismísimo Dylan, que nos deleitó con una
selección de sus mejores composiciones en clave roquera. Y cómo no,
esa temazo titulado “Carbura!” que tantas cosas buenas anticipa
en el devenir artístico del santanderino. Después acudimos prestos
a la puesta en escena de “Jo Competeixo”, cuarto disco en la
trayectoria de Manel. He de deciros que, dadas las circunstancias, no
estuvo mal. O sea, los que sigáis este blog ya sabéis que
soy bastante fan del cuarteto barcelonés. El problema es que la evolución pseudo-electrónica del último elepé no mola. Siguen viviendo de sus letras, sí, que
continúan siendo buenas, pero ya no es lo mismo de antes. Han
perdido parte de la frescura que les hizo grandes. Sin embargo,
pasando por encima del hecho de que gran parte del setlist
estaba integrado por sus últimas composiciones, hubo espacio para
recuperar y disfrutar el jaranismo primigenio de sus dos
primeros álbums. Aparcando esos delirios a lo Vampire Weekend que
tan mal les sientan. Aiiii Dolors si tot hagués anat per eixe
camí... Tras los catalanes y en el mismo escenario, asistimos al
que, sin ningún genero de dudas, fue el mejor show del finde.
Para mi sorpresa, no os lo voy a negar. Y es que el espectáculo
revival que se sacaron de la manga los Dandy Warhols fue de
aúpa. Un repaso a lo mejor de su etapa en Capitol en la que
no podían faltar jitazos como “Boys Better”, “We Use to
Be Friends”, “Good Morning”, “Bohemian Like You” o la
gloriosa “Not If You Were The Last Junkie On Earth”. Increíble.
Disfruté como un enano. Incluso con sus nuevas canciones que, todo
hay que decirlo, no suenan nada mal. Tras este inesperado momento de
éxtasis fue momento de hacer un break y meterse algo no
alcohólico en este maltrecho cuerpo próximo a la cuarentena. Lo del
break es relativo, porque nos fuimos directos al concierto de
mis paisanos Siberian Wolves. Y a pesar de la ridícula ubicación
-en un escenario separado de una gradería por una suerte de ría con
sorpresa- los tipos sacaron adelante la encomienda con buenísima
nota. Merece la pena este dueto setabense con esa peculiar visión de
la música mediterránea, entre el grunge de primera
generación y lo psicodélico de toda la vida, amén de evidentes
reminiscencias a bandas actuales como Royal Blood o mis amados
Japandroids.
Ya
para acabar la jornada y a modo de despedida y cierre, nos empapamos
de la propuesta de los adrenalíticos Strypes. Jovencísima banda
irlandesa de rock a toda mecha que vienen petándolo desde que
publicaran su magnífico debut “Snapshot” (2013). Y eso es a lo
que vinieron hasta Valencia, a petarlo. ¡Y vaya si lo consiguieron!
Tan solo decir que este menda, absolutamente derrengado a esas horas,
fue capaz de sacar fuerzas de flaqueza para botar y cabecear ante
tamaña demostración de actitud. ¡Impresionantes!
Y de
ahí a casa sin pasar por la casilla de salida. Mortet.
Ná
que ver con lo vino el sábado. Segunda jornada del festi de la que
me voy a ahorrar comentar nada, salvo que Arizona Baby estuvieron
correctos y reivindicativamente acertados, Holy Paul divertidos en el
lago de las caídas, Hurts muy por encima de lo que suelen enlatar
(lo que tampoco es decir mucho) y The Drums elegantes como siempre,
pero excesivamente lánguidos para lo que esas horas de la noche
requerían.
¿Y de
Love Of Lesbian no dices nada Sulo? Pues sí, que una buena mierda
para Santi Balmes y sus adláteres. Y otra para ti por preguntar.
¿Y esa foto de cabecera? ¡Yo que sé! Está petado, así que será el jodido concierto de Izal. ¿Acaso importa?
¿Y no pones más? ¿Ni siquiera enlaces? ¿O videos? ¡Pues no! ¿Qué te crees que es esto? ¿El Mondosonoro?
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