Y no, para nada me estoy refiriendo al enésimo vencedor
del Royal Humble de la WWF, ni tampoco al heredero oficioso de
Jim “Estaca” Duggan en el Wrestlemania XLVI si es que este evento llega a disputarse. ¡Dios nos
libre! Os hablo de un famoso realizador afroamericano quien, tras participar en
varias producciones como actor, se decidió a entrar al mundo de la dirección debutando
con “Déjame salir” -Oscar a mejor guion original en 2018- y después con
la aún más aplaudida “Nosotros”, estrenada este mismo año. Dos pelis de género
absolutamente vulgares que sin embargo han conseguido que la crítica se rinda a
los pies de este “hermano de otra madre”, tal cual lo llamara Zadie Smith.
Cuando se estrenó “Déjame salir” (2017), la
ópera prima del por entonces actor y comediante, todo fueron loas y parabienes
para un insólito híbrido cinematográfico en el que muchos quisieron ver un
manifiesto político y una crítica al racismo imperante en los EEUU, además de
una cinta de terror. Y vale que contenga algún gag más simpático que cómico y
un par de escenas bastante inquietantes, pero de ahí a todo lo demás… Vaya, que
no hay tanto que rascar. Ni siquiera la interpretación del protagonista Daniel
Kaluuya, a quien la vida ha sonreído desde entonces. Con todo, la historia del
chico negro que visita a la familia de su novia blanca y va descubriendo lo que
hay tras el comportamiento demasiado complaciente de los suegros, se podía
seguir con un puntito de interés. Aunque solo fuera por ver en que terminaba la
cosa y descubrir que mierdas había detrás de todo el tinglado. Al final, sin
llegar a ser horrible pero a tres universos de distancia de la obra maestra
que nos quisieron vender, “Déjame salir” parece
la versión contemporánea de “Adivina quién viene esta noche” (1967) en clave de
terror. Lo cual no es que sea mucho, la verdad.
La cosa se pone peor en “Nosotros” (2019). Un
contenedor de tantas metáforas que al final no significa nada. Entre otras
cosas porque la mayoría se entienden pero no nos importan una mierda y no
porque sean falsas. Que sí Jordan, nos hemos dado cuenta que los
tipos de rojo con tijeras salen desde abajo para terminar con sus dobles de
arriba. Es muy básico, pero también muy cierto que los privilegiados tan
solo se dan cuenta de la existencia del de abajo cuando se ven afectados
directamente. También como el arte nos hace más humanos y la alienación
nos convierte en animales. ¿Pero qué pinta todo esto aquí? Tras la historia de la familia
Wilson y sus “nosotros”, tras esa idílica/horripilante escapada
veraniega, yo tan solo veo efectismo caro y una trama muy mal hilada. Eso a
pesar de que la cinta es visualmente atractiva, lo reconozco. Como el sonido, bastante
contenido y para nada efectista. O la secuencia del comienzo, justo antes de los
fantásticos títulos de crédito, que duran unos tres minutos -entre el 8:30 y el
11:30, más o menos- y es lo único que realmente merece la pena en “Us”. Todo lo
demás es broza.
Hay quien se atreve a afirmar que Peele es el
Hitchcock de nuestra generación. Un maestro del suspense capaz de hacernos reflexionar
sobre temas recurrentes, además de entretenernos. A mí me parece que es una
versión gringa del Patxi de los chistes sobre vascos. Alguien que no sabe bien cuándo
se está a setas y cuándo a Rolex.
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