miércoles, 17 de febrero de 2010

Amos, no me jodas!!!


¡¡¡Extra extra!!! ¡¡¡Últimas noticias!!!  Y es que en pleno miércoles de ceniza, fecha del calendario cristiano que da inicio a la Cuaresma, la prensa viene echando humo. Y no lo digo por las noticias relacionadas con la crisis económica y demás… o bueno sí, al menos en parte, ¿o sino como se explica que a un tipo lo hayan despedido de su trabajo por tirarse demasiados pedos? No va de broma, ha pasado en la “pérfida Albión”, ese país que da lecciones al mundo de cómo gestionar bien una crisis, concretamente en un poblacho que atiende al nombre de Burton-upon-Trent, en las West Midlands (esto último lo digo pa’ los que hayáis aprendido geografía británica gracias a los vuelos del Ryanair). En unos almacenes de suministro de esa localidad curraba un chaval que tenía facilidad para soltarse cuescos a diestro y siniestro. Sus jefes, ni cortos ni perezosos, han decidido desprenderse del “hombre metralleta” alegando “exceso de ventosidades en horario laboral”. Coño, esa si que es güena. ¡A donde vamos a ir a parar! Eso es un ERE encubierto y no lo de la SEAT. Menuda excusa de mal pagador para hacer recaer sobre el currela las consecuencias de la puta crisis. ¿No me diréis que el motivo de despido os parece normal?
Pero encima el empresario alega que el despido es procedente, "tras haber recibido 35 quejas" por las flatulencias que soltaba el menda. ¡35 quejas! Así que es un tema de cantidad. No es por que se haya peído en su jeta, no, ni porqué sus yufas huelan a rayos, sino por el número de veces que el chaval ha soltado lastre. ¿Pero quien decide cual es el número de pedos que uno se puede arrear antes de que lo despidan? O sea, ¿te puedes tirar 34 y sin problemas, pero al que hace 35 vas a la calle? ¿Quién fija ese límite? ¿Viene en el contrato? ¿En el convenio sectorial tal vez? ¿Y por qué emplear un criterio cuantitativo y no cualitativo? Ya puestos, ¿si huelen deberían contar doble, no? En fin, las cosas del empresariado que ya no sabe que inventar para joder a los pobres trabajadores.

Pero si os pensabais que esas cosas sólo ocurren en la Gran Bretaña, os equivocáis. El empresauriado patrio también sabe inventarse causas chorras de despido. Sin ir más lejos, durante el pasado año leí la noticia del despido de un cajero del Banco de Sabadell, ¡por exceso de bostezos! Fue en una sucursal de Ávila. Parece ser que la Dirección de RRHH de la entidad bancaria calificó el asunto de “faltas muy graves”. ¡Con dos cojones Mariloli! Si uno ya no va a poder ni bostezar en su puesto de trabajo, pues vamos apañados.

Y es que la cosa está mu malita y cualquier motivo es válido para despedir a la peña. Si hasta en los chistes de “un francés, un inglés y un español” han largado al inglés. No va de coña. Que lo escuché el otro día en “El club del chiste” de Antena 3. ¡Que han echado al inglés de los chistes y han puesto a un rumano! Tan sólo espero que le hayáis hecho contrato, panda de hideputas.


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Addenda (al affaire de los peos): “La firma que dirige el almacén de Waterstone y de la que depende la contratación de su personal, dijo que no era política de la empresa comentar la situación laboral de sus empleados o proveedores, por lo que dejarán que el asunto se diluya en el aire como una racha de viento más”. Sí, pero una racha de viento en la que no tiene cabida los efluvios anales de este pobre trabajador. ¡Cabronen!

2 comentarios:

  1. Ché, Sulo, tengo tu ¡Amos, no me jodas! III, sobre etarras con perfil en facebook, ¿ya te enteraste?

    Saludillos!

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