A
Luke Winslow-King tuve el placer de conocerle allá por el 2013. Fue
gracias a Bloodshot Records, interesante sello de Chicago en cuyo
catálogo aparecen algunos artistas sobre los que ya se ha hablado en esta bitácora como Ha Ha Tonka, Murder By Death, Jerry
David DeCicca, JC Brooks & The Uptown Sound o los Deadstring
Brothers. Por aquel entonces, el amigo Luke presentaba su tercer
álbum, "The Coming Tide", una preciosa compilación de
temas en la que este excelente guitarrista nacido en Cadillac
(Michigan) pero residente en New Orleans, se complementa con su
pareja Esther Rose para ofrecer su visión particular de la música
de raíces. Y es que Luke Winslow-King es uno de esos a los que la
crítica tilda de "nuevos tradicionalistas". Gentes como
Pokey LaFarge, Kitty Daisy & Lewis o CW Stoneking -a pesar de que este último sea
australiano e incorpore esa particularidad en su propuesta musical- que
mezclan a la perfección elementos provenientes del ragtime, el blues
del Delta, el góspel, el swing de Luisiana, el folk tradicional y
como no, el rock 'N roll.
El
caso es que tras "The Coming Tide" vino el no menos bueno
"Everlasting Arms" y con ello cierto reconocimiento fuera
de los EEUU y la consiguiente gira europea que, ¡oh sorpresa!,
incluía una parada en Valencia. Eso fue durante el pasado mes de
enero y no recuerdo muy bien porqué, o tal vez no me quiero acordar,
pero no pude asistir a un show que, según cuentan ciertas fuentes de
total confianza, resultó tremebundo. Pero bueno, como la vida a
veces ofrece segundas oportunidades, prontamente -para sorpresa de
propios y extraños- el artista norteamericano repitió cita en el
Cap i casal. El hito se produjo justamente ayer y p'alla que nos
fuimos. ¡Y menos mal!
Porque
fue un conciertazo. Hora y tres cuartos de deleite musical con un
Luke Winslow-King en estado de gracia, bailongo y hasta sabrosound, mostrando una absoluta sintonía con un público que se lo
agradeció entregándose desde el minuto uno. No quiero
olvidarme de la banda de acompañamiento. Una
cuadrilla de virtuosos entre los cuales, y brillando con luz
propia, hay que destacar el bajo de cinco cuerdas de don Brennan Andes y, por supuestísimo, al guitar-hero
italiano Roberto Luti. Alguien que, debajo de su enorme pañuelo, esconde mucho más de lo que presagia ese look a lo Kid Rock de baratillo. Y en ese contexto fueron sucediéndose los
mejores cortes incluidos en "The Coming tide", desde el que da
nombre al disco hasta el trompetístico "Moving On (Towards Better
Days)", amén de una versión bien bluesera del "Keep Your
Lamp Trimmed and Burning". Pero también, lógicamente, las
inevitables referencias a esa biografía musicada que es "Everlasting Arms",
con la no suficientemente pinchada "Swing that Thing" a la
cabeza. Lo más parecido a un hit que Luke Winslow-King tendrá en su
vida con permiso de "Never Tired", precioso corte extraído
de uno de sus primeros álbumes que también sonó, y
muy bien, en el directo de anoche.
Y
poco más que añadir. Tan solo recomendaros que si tenéis la
oportunidad de presenciar un bolo de este muchacho, no lo dejéis
pasar. Puro encanto sureño digno del Mardi Gras de New Orleans. No
ha inventado la pólvora, es cierto, pero quizás tampoco anda tan lejos...
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