Y
no me refiero al dirigente revolucionario mexicano, inmortalizado por
Elia Kazan en aquella sobresaliente película protagonizada por Marlon Brando en 1952. Esto
va por Guillermo Zapata,
dimitido edil de cultura del recientemente constituido Ayuntamiento
de Madrid. Un tipo al que se ha exigido más de lo que
se exige al común de los mortales. Desde
luego más de lo que le pedimos al común de los políticos españoles.
Y muchísimo más que a Rafael Hernando, Pablo Casado
o Cristina Cifuentes,
solo por poner tres ejemplos
que afectan al ofendidísimo PP.
Y
es que, en otro episodio de cinismo e hipocresía marca de la
cas(t)a, han conseguido que el representante electo de Ahora Madrid dimita
del puesto en el cual le habían situado los madrileños. Y todo por
unos tuits publicados en su cuenta hace cuatro años, cuando era un
ciudadano anónimo. Unos tuits que, para mas inri, formaban parte de
una discusión sobre los límites del humor suscitada con motivo del
vergonzante affaire Nacho Vigalondo vs El País. Un
hilo en el cual, por cierto, participó este menda. Así que voy a
apresurarme en borrar mi timeline de Twitter por si dentro de unos añitos alguien
decide esgrimirlos en mi contra para expulsarme de la comunidad de vecinos o
impedirme el ingreso en el A.M.P.A.
A
ver, no es por buscar agravios comparativos, pero manda huevos que en España se tenga que dimitir por eso y no por, pongamos por caso,
llevarse por delante a unos agentes de movilidad, estafar a los
preferentistas, no condenar los crímenes del franquismo, filtrar
datos fiscales de adversarios políticos, negar el acceso a la sanidad a
los inmigrantes sin papeles, financiarse ilegalmente, llevárselo crudo a Suiza o
a Andorra, irse a follar a las Canarias con cargo al erario público,
cobrar sobresueldos en B, manipular accidentes de metro o de avión,
proteger a abusadores en el seno de las sacrosantas Fuerzas Armadas, repartir lo
de los parados entre amigos y familiares, insultar y amenazar a
jueces y policías o directamente sustituirlos al gusto, retirar
medicamentos a enfermos crónicos o conceder finiquitos en diferido.
Y es que Zapata, este Zapata, ni es un terrorista ni es un chorizo. Ni siquiera podemos achacarle el ser un mal gestor cultural. Ni la ineficiencia en el desempeño de cualquier cargo público. Tampoco es uno de esos que se han ido por la puerta grande, triturando legajos de documentos oficiales antes de abandonar el despacho. No, nada de eso. Guillermo Zapata lo único que ha hecho (mal) es contar chistes...
Mejor dicho, entrecomillar chistes en el marco de un debate más amplio... Y encima utilizando el humor negro...¡¡¡waaaalaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! 'ande vamos a ir a parar???
Y eso que hace cuatro días todos éramos Charlie. Desde el ABC, a El
Mundo, pasando por La Razón, El País, Interecomía, el PP, y hasta el PSOE... todos
eran Charlie y se rasgaban las vestiduras ante el salvajismo y la sinrazón de los
integristas. Parece ser que allí si teníamos claro aquello de que
las religiones, como todas las ideas, pueden ser criticadas, satirizadas e incluso
faltarles al respeto sin miedo a las consecuencias. Todo quedaba
amparado en el amplio paraguas de la libertad de expresión. ¿Todo?
Pues parece que no. Mejor dicho, ahora ya no. Alguien ha decidido que los chistes
de aquellos a los que vemos como enemigos no tienen perdón
de Dios. Poco importa si hasta a los supuestos agraviados se la suda, restándole importancia a los tuits . Aún les interesa menos el
contexto en que se produjeron y ni siquiera que el tal Zapata los
publicase cuando no era ni el presidente de su escalera. Visto lo
cual, estaría bien cuestionarse qué coño fueron a hacer todos
estos pánfilos en la gran movilización por los asesinatos del
Charlie Hebdo. ¿Para que cojones salieron a las calles? ¿A dominguear? ¿O a pintar el
mono como casi siempre? Je suis Charlie clamaban... Ya, ya... ¡Los cojones! Unos hipócritas y unos falsos, eso es lo que son.
Siendo esto lamentable, lo que más me duele de toda esta historia no son las
reacciones de esa derecha política rancia y el casposo TDT Party. De esas gentes no
espero nada bueno. Lo peor de lo peor es el modo en el que la izquierda
mediática ha reaccionado, bailando al son de lo que marcaba doña Esperanza
Aguirre -la musa del facherío patrio- y sus palmeros. Anoche mismo, en el Intermedio de La Sexta asistí a un ejercicio de equidistanismo impropio y asqueroso. El tito Wyo actúo como un
pelele de la marquesa antisistema. "No hay que confundir los
límites del humor con los de la ofensa" decía. ¡Tócate los huevos! ¡Pero si eran chistes,
imbécil! ¡¡¡Y no debería haber límites en el humor!!! Precisamente tú, que eres un puto
humorista curtido en mil y una persecuciones, lo deberías saber mejor que nadie. 'enga, dime un solo chiste que no
"ofenda" a algún colectivo. A ver, veamos, ¿un chiste de vascos? ¿de
catalanes o andaluces? ¿de argentinos tal vez? ¿sobre cornudos? ¿chistes de maridos y mujeres? ¿de cojos o ciegos? ¿sobre funcionarios, putas, portugueses, moros, leperos, chinos...? ¡ ¡Ilústrenme Señorías! Y es que, no sé cómo coño nos lo vamos a montar para contar uno
sin que algún colectivo pueda sentirse ofendido. Ánimo, espero
vuestras propuestas.
En
relación con esto último me gustaría recomendarle a la izquierda
de este país, la mediática y la que no lo es; a la que voto, a la que he votado y hasta a la que nunca votaré; que se meta en la
puta cabeza que los conceptos bueno y malo, o sea, lo que está bien y lo que está mal, aquello que es ético y lo
que no lo es ya me entendéis, no se los puede dictar la derecha. Aunque solo fuera
porque, viendo la mierda de derecha cavernícola que nos toca sufrir por estos
lares, si les hacemos seguidismo, estamos bien jodidos.
Así que no. Yo
no estoy contento con la dimisión de Zapata. ¡Que cojones! Zapata,
como cualquier ciudadano de este país, tiene derecho a ejercer el
humor sobre cualquier tema nos guste a los demás o no. Que luego sus
chistes nos parezcan buenos o malos, que no nos riamos con ellos o incluso que nos toquen la moral, eso ya es harina de otro costal. Y por cierto,
que no se me olvide mencionar al gran Manuel Jabois y su columna de
hoy martes. El chiste no convierte en mejores personas a quienes no
les haya hecho gracia respecto a aquellos a los que sí. A ver si nos enteramos de una puñetera
vez.
En fin y ya para acabar, mencionar que la
última vez que alguien copó todas las portadas de los diarios nacionales, hizo falta el saqueo mayúsculo capitaneado por un todopoderoso ex-Ministro al cual aún hoy algunos atribuyen ser el artífice del "milagro
económico español". Ahora le corresponde ese honor a un don
nadie. Le ha bastado con tres o cuatro tuits de mierda. This is Spain.
¡Y que
viva Zapata carajo!
Je suis Zapata...
...y la mayoría de vosotros no, panda de gilipollas. Así nos luce el pelo.
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