lunes, 3 de marzo de 2014

Alberto Montero en La Llimera

El valenciano Alberto Montero es responsable de uno de los discos más bonitos surgidos durante el pasado 2013 en este país. Y decir 2013 es quedarse corto, porque la cosa tiene visos de trascender. Se trata de “Puerto Príncipe”, tercer larga duración de Alberto. Un disco que, según he leído, debe su nombre a la calle barcelonesa donde reside. Y es que es difícil encontrar cosas de esa calidad y con esa sensibilidad!) dentro de un artisteo patrio muy dado a repetir fórmulas venidas de ultramar, con mejor o peor fortuna. Vale, probablemente estoy exagerando un poco, pero es que llevo varias semanas con algunos de los estribillos de “Puerto Príncipe” metidos en la cabeza y tratando de comprender como coño no le había prestado más atención a este maravilloso cantautor de la terreta que me vio nacer... ♪ ♫ no parece que vaya a volver noche de verano es lo que quiero ser um um um um ...
La música de Alberto remite a muchas cosas y por ello es harto difícil de etiquetar. A veces suena psicodélico, mientras que otras parece un trovador medieval ("no queda espacio para nada ... manada manada da dadá ♪ ♫"). La cadencia de sus composiciones es claramente jazzística, si bien nunca se aleja demasiado de la mejor tradición folk-singer. Incluso consigue hacernos respirar aires latinoamericanos que evocan a figuras como la del chileno Inti Illimani. De esto último tiene la culpa ese timbre de voz tan especial. Vamos, tan especial que es su valor fundamental. Pero es que incluso hay momentos en los que Alberto nos introduce en el mundo del séptimo arte, con canciones, como la que abre el disco, que tienen una clara vocación de banda sonora. En este sentido, él mismo ha manifestado en alguna ocasión que estaría encantado de dedicarse a ese cometido.
Esta claro que si hemos de reducirlo a una etiqueta, lo que hace Alberto Montero es folk. Eso sí, un folk muy barroco y tremendamente complejo que se enriquece con todo tipo de influencias y que no elude aproximarse al universo pop. Para muestra un botón (de limón) hecho versión:
Sus canciones, al menos las últimas que ha grabado, son principalmente acústicas y lucen tanto en ese formato como acompañadas de guitarra - bajo - batería, como pudimos comprobar el pasado viernes noche. Porque ese día, en el espacio La Llimera, fue el momento de presenciar como el señor Montero era perfectamente capaz de defender y hasta enriquecer esas doce preciosas composiciones que se incluyen en “Puerto Príncipe”. Con delicatessen(s) como la que incrusto a continuación:
¿Y del concierto qué? Pues que fue una auténtica gozada, como no podía ser de otra manera. ¿Como pudimos dudar de ello, con ese discazo a cuestas? Un álbum enorme que, llamadme exagerado, contiene muchos de los elementos que se reúnen en otras obras musicales consideradas de culto... ¡Halaaaa!... Ahí queda eso...

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