No
tenía pensado escribir nada sobre esta fantástica película escrita y dirigida
por el británico Christopher Nolan, pero a la vista de los ríos de
tinta que se están vertiendo en blogs,
webs y periódicos digitales, me resisto a no decir nada al respecto. Quede
claro de entrada que la peli me ha gustado muchísimo. Y que a día de hoy aún
estoy pegándole vueltas al asunto, hasta el punto de que me estoy planteando
seriamente volverla a ver, lo cual no es poca cosa, teniendo en cuenta lo rata
que soy. En fin, que además de confesaros mi afiliación a la “cofradía del puño
cerrado”, me identifico con aquel sector del público que salió de la sala con
la sensación de haber invertido bien su tiempo y dinero. Así que, no esperéis
críticas a lo enrevesado del argumento o a lo incomprensible de algunos pasajes
repletos de símbolos “que sólo Nolan conoce y es capaz de descifrar”. No estoy
de acuerdo en absoluto. Está todo ahí, condensado en los 148 minutos de metraje y aunque a
veces nos cueste pillarlo tan sólo es cuestión de buscarlo. ¿No seréis de esa
gente que lo quiere todo bien mascadito?
Y
es que si algo destaca en “Origen” es su guión, un ejercicio de virtuosismo
poco o nada habitual en los tiempos que corren. Desde luego a mi no se me
ocurre otro director contemporáneo con el talento narrativo de Nolan. Esa
capacidad de tejer historias aparentemente complejas y a la vez introducir
pistas diseminadas a lo largo del metraje que nos ayuden a comprender, es algo
extraordinario. Así pues, ¿podemos considerar a Nolan como el mejor en esa
faceta? Yo creo que sí. Desde luego a mi me tiene ganado desde que se presentó
con “Memento”, su segunda película, y eso incluye también “El truco final: El
prestigio”, ahora reivindicada por quienes en su momento no supieron/quisieron
valorar las grandes virtudes que atesoraba.
Eso
no quita para que crítica y público se hayan afanado en dar diferentes
explicaciones sobre el final y hasta sobre su significación. (¡¡¡Atención spoiler!!!) Que si todo es un sueño, que
si la parte inicial es sueño pero la parte final es real, que si todo es sueño a partir de una escena concreta, que si todo es real, que si Cobb esto o aquello o lo de más allá, que
si Saito existe o no, que quien sueña es Cobb o Saito o hasta “Conception”
Ariadne*… en fin, si habéis visto la peli os aconsejo leer el siguiente enlace, de no ser así no clickéis ¡¡¡ir al cine ya!!!
Obviamente
yo tengo mi teoría que me reservo, aunque no dista mucho de lo aquí expresado.
Eso sí, no me resisto a plantearos una cuestión, a mi entender clave, que creo ayuda mucho a comprender. Tiene que ver con
los totems, pequeños objetos de los
que se sirven los “soñadores” para saber cuando están el mundo real o en el de
los sueños. Se trata de objetos exclusivos, o sea, que tan sólo funcionan con
una persona, por lo que no puede haber dos con un mismo tótem. Entonces ¿cuál
es realmente el tótem de Cobb? ¿Cuándo está soñando y cuando esta despierto?
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*Este
chiste en el cual se juega con los personajes interpretados por Ellen Page en “Origen (Inception)” y “Juno” es muy bueno.
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