Escritos
entre 1907 y 1910, los catorce cuentos que se incluyen en “Palabras y
sangre” son fruto de una de las épocas más alteradas de la vida de su autor, el
italiano Giovanni Papini. Al menos así lo indica él mismo en la introducción, de
1912, en la que además nos avisa que ha corregido y cambiado parte de los
relatos originales.
Me
leí este libro por dos cuestiones y ambas atañen a su autor. En primer lugar
por que muchos se han referido a Papini como el maestro de mi querido Dino
Buzzati y, obviamente, no podía dejar escapar la ocasión de acercarme a su
prosa y así conocer esa fuente. En segundo lugar por la propia historia vital
de don Giovanni, turbulenta y llena de contradicciones, el caldo de cultivo
ideal para convertirse en un buen escritor.
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Y es que el tipo nació a finales del S. XIX en el seno de una humilde familia florentina. Autodidacta por necesidad, esa circunstancia no fue obstáculo pata que alcanzara el título de maestro y trabajar como bibliotecario en el Museo de Antropología de su ciudad. Aunque lo más interesante vendría de su faceta periodística, colaborando en varias revistas literarias y filosóficas e incluso llegando a fundar con el tiempo dos de ellas y ser co-director de otra. Ahí fue moldeando su pensamiento radical en ámbitos como el arte, la filosofía y la política, además de un profundo agnosticismo y un marcado anticlericalismo que, acabó por ceder en su última etapa vital, cuando una crisis existencial le hizo dar un giro de 180 grados hasta dejarse llevar por el fervor del catolicismo. Previamente se había aproximado a las corrientes futuristas y al pensamiento fascista. A este último, se acercó tanto que se quemó, pasándolo realmente mal con la caída del régimen. Bien es cierto que también le facilitará un puestecito enla pretigiosa Universidad
de Bolonia. Reputado antisemita, creía en una conspiración internacional de los
judíos y apoyó las leyes de discriminación racial impuestas por Mussolini en
1938. Como he comentado antes, al igual que muchos fascistas anduvo fascinado
por el movimiento futurista (¿o eso fue al revés?) en donde se convirtió en
defensor de las tesis de Marinetti. Con todo, Papini fue más conocido en vida por
sus artículos y ensayos periodísticos, en los que arremetía contra personajes famosos,
que por su obra literaria.
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Y es que el tipo nació a finales del S. XIX en el seno de una humilde familia florentina. Autodidacta por necesidad, esa circunstancia no fue obstáculo pata que alcanzara el título de maestro y trabajar como bibliotecario en el Museo de Antropología de su ciudad. Aunque lo más interesante vendría de su faceta periodística, colaborando en varias revistas literarias y filosóficas e incluso llegando a fundar con el tiempo dos de ellas y ser co-director de otra. Ahí fue moldeando su pensamiento radical en ámbitos como el arte, la filosofía y la política, además de un profundo agnosticismo y un marcado anticlericalismo que, acabó por ceder en su última etapa vital, cuando una crisis existencial le hizo dar un giro de 180 grados hasta dejarse llevar por el fervor del catolicismo. Previamente se había aproximado a las corrientes futuristas y al pensamiento fascista. A este último, se acercó tanto que se quemó, pasándolo realmente mal con la caída del régimen. Bien es cierto que también le facilitará un puestecito en
Aunque
es más importante la obra legada-“the song not
the singer”-. En este sentido tengo que decir que su forma de escribir engancha
desde el comienzo y eso que “Palabras y sangre” no es una lectura fácil para iniciarse. Sus
cuentos, una mezcla de lo fantástico
y lo real, están plagados de turbios personajes con evidentes problemas de
salud mental, que emprenden aventuras a veces humorísticas, a veces trágicas, que al final acaban por ser fúnebres. No en balde el propio autor reconoció estar obsesionado “por
la perversa o enferma psicología humana”. Queda claro don Giovanni. Con todo y
con eso, es difícil no quedar prendado de la extraña belleza poética que
esconden esas narraciones y con el sarcasmo y la sorprendente brutalidad empleada. ¡Hay que tener en cuenta que están escritas a principios del siglo pasado! Aspectos que le confieren una actualidad inesperada (al menos para mí).
“Imagínense, pues, que entre en ustedes, de repente, el alma de otro. En
seguida, después de una primera exploración, sentirán el mal olor de los vicios
escondidos, descubrirán los rincones oscuros y se maravillarán de la cantidad
de imbecilidad y de vileza que puede contener el alma de un caballero
inteligente”. (Las almas permutadas)
“Matarse por una razón, que la mayoría de las veces
no tiene nada de racional, no es una elección: es una caída. La caída en un
precipicio sin fondo, pero no calculado antes con toda la libertad del intelecto.
El verdadero suicida sería aquel que sin ninguna razón personal, sin ningún
motivo interesado, sin estar obcecado por ninguna desgracia doméstica ni por
ningún programa metafísico, se pusiera a considerar, serena y objetivamente, la
muerte y la vida, y se matara con plena libertad, sin motivos de ningún género,
por una decisión de la pura voluntad”. (Sin ninguna razón)
A mí me interesa mucho Papini. Me parece una personalidad de lo más extravagante y compleja. Puedes leer también "el diablo", una de las últimas donde despliega ya toda su excentricidad.
ResponderEliminarPues a mi también, la verdad, así que haré caso de tu recomendación y meteré en "la rueda" de lecturas ese "El diablo" que tan buena pinta tiene.
ResponderEliminarUn saludo Lau.