martes, 18 de enero de 2011

¡Gentuza!

Estos del PP ni tienen vergüenza ni la conocen. No digo más. Se retratan cada vez  que abren la bocaza. Como ahora, señalando como culpables de la brutal agresión sufrida por el consejero de cultura de Murcia, “al clima de tensión promovido por la izquierda recalcitrante”, osease al PSOE (que pa’ ellos la Izquierda es una y no cincuenta y una). Y como dijo un portavoz del PP murciano "no están dispuestos a que la ultraizquierda más rancia y agresiva llene nuestras calles de cojosmanteca ni a que se atente contra la integridad física de las personas". Y ya está… y se quedan tan anchos. No ha salido hasta el notas de Rajoy, junto a su novia política la kamarada MariKospe, denunciando la “campaña de acoso” que está padeciendo el PP  y “la pasividad” del Ministerio de Interior (osease Alfredo Pérez Rubalcaba, Rub al-Qaaba para ellos). Y eso que a día de hoy, ¡aún desconocemos la identidad y las motivaciones de los agresores! Y lo único que conocemos es que hay un detenido, que es un hooligan futbolero, al parecer seguidor del extinto Ciudad de Murcia. Pero les da igual. Todo vale. Tan sólo espero que no les pase como en el patético affaire Hermann Terstch, cuando los peperos acusaron a la izquierda mediática de instigar la agresión del descerebrado periodista de Telemadrid y al final resultó que no hubo más que una discusión entre borrachos y puteros a las seis de la madrugada. No lo parece, pero ¿y si lo del consejero fuesen las consecuencias de una discusión futbolística entre fanáticos?  

Ya tiene gracia que sean estos los que acusen, con la que está cayendo. Que si alguien venido de Marte les escuchara hablar, pensaría que son una minoría perseguida por el poder que es sometida a pogromos continuos. Y no se creería que estos tipos gobiernan en la mitad de las autonomías de este país y que ostentan las alcaldías de varias de las principales ciudades. O que son los creadores del TDT Party, ese entramado mediático de ultraderecha que copa la actual parrilla televisiva, gracias a las licencias otorgadas por gentes como Esperanza Aguirre a sus amiguitos del alma. Unos medios de comunicación que son los principales actores de esa cosa llamada “discurso del odio” y que envenena la democracia en este país. Allí se hacinan personajes de dudosa catadura moral como Federico Jiménez Losantos (“Cabezudo, monigote, muñeco o ninot de la Falla española, nacido para la burla y destinado al fuego, es Montilla, el condenado por buscar ser indultado, epítome de la doblez, la alta traición, la baja sedición, la torpe arrogancia y la eterna cobardía”), Carlos Dávila (“Aquí se trata de dar un manotazo al crucifijo y ayudar a que todas nuestras mujeres lleven velo. Eso es lo progresista para ese insensato. Hay que desear, sin embargo, que este último tiro le salga por la culata. Nada más que por la culata, ¿eh?”) Pío Moa (“Se entiende que el personaje –Zapatero- se permita con tanta alegría colaborar con ETA, pues en definitiva comparte con ella el 80 o 90% de idelogía”)  o el especialista en guarrillas menores de edad y lolitófilo reconocido Fernando Sánchez Dragó (“Excelentísima Señora Adolfa Aído: doy por hecho que el Holocausto va a producirse y que el Gobierno de ZipiZape legalizará la barra libre en el mostrador de las carnicerías de la Shoah de los nascituros (…) ¡Agrupémonos todos en la Solución Final!). ¡Y eso por citar sólo a unos pocos! Que me he dejado a gentes como el orondo César Vidal, al estomagante Juan Manuel de Prada o al troglodita de Xavier Horcajo, ¡poca broma! Una peña que presume de señorío tan sólo porque toman coñac en copa, fuman enormes puros y se hablan de usted entre ellos. Eso sí, su “señorío” no les impide  referirse a la Consellera de Sanitat de Cataluña como “zorra" y "puerca” o a la Ministra de Sanidad como “morritos de actriz porno”. Gente de bien, provenientes de buenas familias, catedráticos del sentido común, que se miran en el espejo de los EEUU más rancios y casposos, con su diosa Sarah Palin a la cabeza. Paletos sin boina que repiten una y otra vez la consigna de que la izquierda está rompiendo España, ellos precisamente, que son partidarios de la España Una Grande y Libre, esa España de vencedores y vencidos cuyas herencias aún padecemos hoy día.

¡Gentuza!

Al final nos pasará como al protagonista de aquel anuncio radiofónico en el cual una persona llamaba a emergencias comunicando que había presenciado un accidente entre un monovolumen y un camión cisterna. El telefonista contestaba, “repita conmigo, usted ha visto un mono boludo y un caimán sin piernas”. La razón para los locos…

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PD. ¿Alguien se acuerda de cuando al ministro José Bono y a su hijo les agredieron en una manifestación de la AVT? Quedó probado que fueron dos militantes del PP. ¿De quién fue la culpa? Pues del PSOE, ¡coño! Encima auxiliados por la policía, esa panda de cabrones vestidos de azul que agredieron con sus cabezas los puños de los militantes peperos. Por eso se les llevó a juicio y se les condenó. Y aunque al final el Tribunal Supremo los absolviera, da lo mismo. Eso es otra historia. Eso no le importa a nadie. 

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