51.
Death Grips – “The Powers that B”
Cuarto
álbum de estudio el firmado por este loco de Sacramento, dedicado en cuerpo y alma al hip hop y al sonido industrial. Álbum doble cuya primera parte
ya fue lanzada a mitades del pasado año. Nada nuevo bajo el sol si
habéis seguido la trayectoria de Death Grips. Idéntica agresividad
a cargo de MC Ride y experimentación sin límites en las bases rítmicas.
52.
Robert Forster - “Songs to Play”
He
disfrutado mucho con la vuelta al ruedo de quien fuera líder de los
Go-Betwens. Y es que, siete años después de su debut en solitario,
hete aquí con estas diez canciones repletas de hallazgos melódicos
y temáticos. Un bonito homenaje a Grant McLean, su compañero muerto
en primera línea de combate.
53.
The Deslondes - s/t
Nacidos
como Sam Doores & the Tumbleweeds, tras varias incorporaciones y
la consiguiente evolución, surgen en Nueva Orleans estos
Deslondes. Trovadores itinerantes cuyas composiciones beben de la
mejor tradición musical norteamericana, la que va desde Guthrie, hasta
Williams, de Van Zandt a Foley. Cinco excelentes instrumentistas repletos de
energía y con muchas ganas de juerga. Country-soul de qualité.
54.
Delvoid - “Serene”
A
falta de pan buenas son tooltas... Los noruegos se muestran
como alumnos aventajados de la banda liderada por Maynard James
Keenan. ¡Ojo! Beben del universo Tool pero no copian a Tool. Rock progresivo
más centrado en los desarrollos que en las subidas de intensidad.
Obra que requiere una degustación lenta. Dedicarle la calma necesaria para apreciar cada
uno de los detalles que la componen.
55.
Chelsea Wolfe - “Abyss”
El
único problema de este álbum es que la expectativa generada en
torno a él era altísima por culpa del adelanto de “Iron Moon”.
Y es que el temita es un cañonazo, desde luego el mejor corte del álbum. Una perfecta
introducción al complejo mundo de los sueños, su mecánica, su
explicación y profundidad, que es de lo va la cosa. Por lo demás la
Wolfe sigue facturando discos impecables. ¡Y ya van cinco!
56.
Joan Miquel Oliver - “Pegasvs”
Compendio
de historias cotidianas que transcurren en esos universos ideados por
el ex-Antònia Font. Un relato de su personalísima visión de la
vida, tirando de ciencia-ficción pero sin rehuir la mediterraneidad.
Ecos samberos, patrones electrónicos, cadencias rockeras y melodías
pop que se van sucediendo en el mejor disco en lengua catalana de
este 2015.
57.
Car Seat Headrest - “Teens of Style”
Grato
descubrimiento el disco de esta banda al frente de la cual está un
tal Will Toledo (toca't el nas!!!). Un chaval nacido en Virginia hace 23
primaveras que ha necesitado la friolera de 11 discos (¡once!) para
que alguien le haga caso. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
¡Y vaya si lo es! Composiciones que beben del espíritu de Yo La
Tengo, Pavement, Guided By Voices y otros ilustres indies noventeros.
58.
Korey Dane - “Youngblood”
Segundo
disco firmado por este cantautor californiano que combina momentos de
pop luminoso con otros más profundos e intimistas. Ecos a Josh
Rittter y al Ryan Adams más desnudo y reposado. Es esta una
propuesta de pre-americana fundada en las guitarras acústicas. Un
disco sencillo en el cual destaca la habilidad lírica de su autor,
un veinteañero con muchas cosas que contar.
59.
Gilmore Trail - “The Floating World”
Sobresaliente
álbum de post-rock. El segundo en la cuenta de la banda de
Sheffield. Destaca por sus desarrollos vibrantes y una más que evidente
capacidad emotiva. Aspecto este último bastante subjetivo, lo sé,
pero es que quien suscribe esto soy yo. Ambientaciones muy logradas y épica. Profundamente arraigado a la naturaleza y a la
imaginación.
60.
Guadalupe Plata – s/t
Perico
de Dios y sus chicos no han descubierto
la
pólvora. Su Evangelio musical apela al blues de toda la vida. Música
de raíces negras convenientemente electrificada, tal como hicieran
aquellos hermanos que en los 30 marcharan hasta el norte de EEUU para
ganarse el pan. El trío de Úbeda ha sabido llevar todo ese bagaje
hasta nuestro sur, cantando en castellano, sonando veraces y hasta
contemporáneos. Y siguen en ello. Lo que no es poco.
61.
King Dude - “Songs of Fresh & Blood – In the Key of Light”
TJ
Cogwill exorciza sus demonios personales por quinta vez en forma de
disco. Y lo hace a través de este, el más oscuro que ha publicado
hasta el momento. Un álbum de dark-folk, aunque a veces casi suene a
post-punk, que bebe los vientos de la poesía del maestro Nick Cave y
de la misas góticas del reverendo Edwards con o sin Wovenhand.
62.
El Vy - “Return to the Moon”
Es
difícil escuchar a Matt Beringer y no asociarlo a The National. De
eso peca este experimento a dos manos
junto a Brent Knopf de Menomena. Más
allá,
el álbum se aleja de los usos y costumbres de sendas
bandas matriz. Salvo
algún pasaje aislado, poco o nada hallamos del dramatismo de The
National y aún
menos del
vitalismo de Menomena. Un
buen puñado de jits bailongos y otros artefactos sonoros en los que
apreciar el peso de lo liviano.
63.
Murder By Death - “Big Dark Love”
El
séptimo álbum de la banda de Indiana recoge las mejores composiciones de Adam “Wolverine” Turla hasta la fecha. 10 canciones
que dan vueltas en torno al amor y sus consecuencias. Se
aprecia una clara evolución en el sonido característico de
la banda. A la habitual fórmula rootsy, las peculiares baladas góticas y esos
coros alcoholizados marca de la casa, ahora añaden toques pop e
incluso sintetizadores.
64.
Sudakistan - “Caballo Negro”
Esperadísimo
álbum de debut de esta quinteto de emigrantes o hijos de emigrantes sudamericanos radicado en Estocolmo. Se me hacía la boca agua tras cada adelanto y ahora ya
les tengo aquí, aunque quizás han tardado demasiado en publicar su largo y por eso la retrasada posición en el ranking. Rock macarra y
garaje machacón, en el cual introducen, con total desparpajo, ritmos latinos. Energético y hasta bailonguero.
Hal.la, vemga, tommma yo este año de retraso; como el parto de la burra. Pero ya sabes Sulo, que entre nosotros hay una conexión mística repecta algunos gustos musicales. Lo otro, el resto, lo dejo de parte del lado de la buena ventura.
ResponderEliminarDios los cria y ellos se juntan. Poco importa los gustos, costumbres o alergias. Al final impera las ganas de retroalimentarse y fagotizarse; así, en plan asqueroso. Eso sí, no te voy a examinar, tengo todo el año para tirarme de los pelos con todo aquello que se me ha pasao pero.... ¿habrán años?
Sludos y besos con lengua peluda!!