Recostado
en el sofá, resguardándome de un invierno que, aunque parezca
mentira, al fin ha llegado, me dispongo a plasmar mis impresiones
sobre "Música Alternativa, Auge y Caída (1990-2014) de Ramón
Oriol. Lo hago mientras degusto por enésima vez el "New Year's
Model" de Elvis Costello y el caso es que, como me parece que
este disco no es lo más apropiado para hablar del libro, me levanto,
saco el vinilo del plato y después coloco otro de Nirvana. A
continuación vendrán los Drive-by Truckers o Neurosis o Lucinda
Williams o Fugazi o Jeff Buckley o Jawbreaker o Team Dresch o Huggy
Bear o los Black Crowes... Porque de todos ellos y de otros muchos se
nos habla en la ópera prima de este barcelonés. Un ensayo sobre
música, pero escrito ante todo y por encima de todo por un fan
entregado al arte de las musas. Alguien que participó de esos días
de euforia y rabia colectiva que fueron los noventa musicales. Desde
fuera, como casi todo hijo de vecino, apoquinando la mordida cada vez
que querías asistir al concierto de turno o leer la revistilla de
marras.
El
libro en sí puede parecernos caótico y a resultas, complejo de
seguir. Desde luego, se me antoja difícil para aquellos que no
fueron partícipes del momento y por supuesto para todos esos que
por cuestiones de edad no estaban para esos trotes. Eso pese a estar
bien estructurado, por sonidos o escenas o como queráis llamarle, lo
que nos sitúa un capítulo tras otro en los diversos focos del
noventerismo cultural. El problema es que al final -a veces
directamente al principio-, Ramón acaba deslizándose hacia
cuestiones, hitos y hasta momentos de lo más variopinto. Es lo que
tiene escribir con las tripas, lo cual, reconozco, le va la mar de bien al ensayo. Que es delicioso, lo digo desde ya.
¡Ojo!
No escribo esto por compadreo. No conozco al autor de nada, aunque
tampoco me importaría. Es cierto que hace un tiempo que “le tengo”
en la friend zonde de una conocida red social. Creo que fue él quien me envió la
petición de amistad y yo, cosa extraña en mí, la acepté. Gracias
a eso vi que el hombre firmaba un librito con una llamativa cubierta.
Se trata del conocido bichejo creado por Daniel Johnston para la
portada de su mítico“Hi, How Are You” de 1983. El mismo que
popularizó KurtCo -que estés en los cielos- allá en los albores
del grunge. El mismo que, mucho me temo, en alguna de estas será
expandido entre la chavalada por obra y gracia de H&M,
Springfield, Zara o similares.
Lo cierto es que más que un ensayo musical, parece que estemos
ante una obra autobiográfica. Un autentico libro de memorias donde
el autor nos habla de él a través de la música que le ha hecho ser
quien es. Pero que también habla de nosotros, los que vivimos esa
época alternativa, compendio de escenas irrepetibles e inolvidables,
aunque estuviéramos -en mi caso- a 350 km de distancia de la ciudad
del narrador.
En
alguna parte he leído que Ramón Oriol tardó cinco años en acabar
este “Música alternativa...”. A vosotros no os llevará tanto
leerlo. Y bien que se lo agradeceréis.
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