miércoles, 17 de diciembre de 2008

Don't feed the monkey


Me entero por el Last.fm que existen, al menos, seis bandas y otros dos solistas que responden al nombre de Mono. Esa palabreja, que en castellano designa a un primate o a un ser humano con comportamientos y actitudes similares, fue elegida por un combo japonés de post-rock, otro holandés de lo mismo, una banda británica de trip hop, una artista austriaca de reggae, otro sueco de trance, un trío coreano de música popular, unos raperos polacos y una formación indie danesa.

Más allá de lo curioso que pueda resultar que exista un grupo de hip hop que canta en polaco o que una austriaca haga reggae, a quienes yo quería referirme es al cuarteto tokiota fundado a comienzos de 1999. Unos Mono que cuentan en su haber con la friolera de ocho discos, que les han servido para acumular un buen de puñado de seguidores a lo largo y ancho del mundo. Y hablo de ellos no porque me apasionen, que no es el caso, si bien algunos de sus discos me gustan bastante, sino para defender que también se puede sacar algo bueno de las actividades musicales llevadas a cabo por los hijos del Sol Naciente. Sí, esa panda de frikis acostumbrados a viajar en tropel por el mundo, no dejar una esquina por fotografiar, eructar a lo grande y hasta con aroma o practicar el noble arte de colarse allí donde fuera menester. Se ve que el respetar las colas es algo que no se incluye en su cultura milenaria. A este respecto, algún día dedicaré una entradita a la manida excusa de la diversidad cultural para tolerar según qué cosas.

Vaya que me apetecía resaltar que no todo lo que nos llega desde Japón es mugre musicada, por mucho que se hayan empeñado en que parezca lo contrario exportando esa cosa lamentable del J-Pop. La mayor basura musical que se haya visto en años y que está en pleno proceso de desembarco por aquí, merced a nuestra estupendísima juventud amante del manga y de las horribles pelis de terror japonesas. Por cierto que, algún día tendré que hablaros de esa gran actriz, estrella indiscutible del subgénero de terror facturado por aquellas latitudes, cuyo nombre no recuerdo pero de la que estoy seguro habréis visto alguna película. ¡Sí hombre! La misma que siempre aparece reptando, ataviada con una tupida melena negra que le tapa una cara en la que solo apreciamos unos ojillos enrojecidos que piden Vispring como el comer.
Bueno, que no me quiero ir del tema. Que Mono están guays. Sobre todo si eres fan del post-rock o hasta del shoegaze y lo tuyo está en disfrutar de los subibajas y las explosiones escuela This Will Destroy You, God is an Astronaut, Explosions in the Sky o similares. Unos señores que definen su música como “la banda sonora del fin del mundo” y que son responsables de una discografía interesante pero irregular. Sus dos mejores álbumes son, sin ningún género de dudas, “One step more and you die” del 2002 y “You are there” del 2006. Este último, un disco que me costó Dios y ayuda encontrar en esas tiendas tan hipermegaguachis que hay en Londres y que al final de lo único que pueden alardear es de tener toda la colección de artistas promocionados por el NME. Y esto es todo. Ya he hablado suficiente de Mono. Ahora, mientras le doy una oportunidad a la banda polaca de hip hop, paso a relacionar las mejores interpretaciones de la japonesa -o china o coreana…- del pelo lacio…

1. Aquí la vemos “debutando” en “El círculo”, la celebérrima cinta de terror dirigida por Hideo Nakata en el año 1998. Por cierto que, aunque no lo cuelgue aquí, también aparece en el remake americano dirigido por Gore Verbinski en el 2002.
2. Y aquí en “La maldición”, dirigida originalmente por Takashi Shimizu en el año 2003.
3. Después se fue a hacer las Américas y prueba de ello es “El Grito”, versión americana que el propio Shimizu hizo de la película original. Esta es del año 2004. También actúa, aunque no lo ponga por aquí, en “La maldición 2” y “El grito 2”, secuela y remake de la secuela al cargo del prolífico Takashi Shimizu. Que uno llega a pensar que el director este tiene esclavizada a la pobre chica.
4. Una curiosidad, “Shutter” (2004). Producción tailandesa dirigida por dos tipos de nombre impronunciable: Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom. Por supuestísimo que también actúa nuestra amiga. Y es que se ve que tiene copado el mercado asiático.

[...]

Si no os pongo más ejemplos es porque esto iba a quedar más largo que un día sin pan. Pero vaya que si os interesa el tema, estoy seguro de que podréis encontrar otras tantas producciones en las que nuestra amiga interpreta su limitado papel. Sin ir más lejos el otro día vi “Reflejos” (2008) de Alexandre Aja y la hioputa también salía. Y es que si hay desempleo en el sector de los actores de género, en parte es por culpa de esta tipa.

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