Peaso clásico del cine de mamporros el que
pasaron los amigos de La Sexta ayer noche, justo después de “El Intermedio” de Wyoming. Todavía estábamos partiéndonos la caja por las
reacciones de los fascistas de Intereconomía a la broma de la que fueron objeto, cuando aparecieron los créditos iniciales de “Contacto sangriento” (Newt Arnold, 1988). Y como no quedarse a ver tamaño hito en la
filmografía de ese armario empotrado con aspiraciones llamado Jean Claude Van Damme.
Y es que el belga se despacha a gusto. Desoyendo las órdenes de su superior en
el ejército de los EEUU -o de la CIA, que tampoco es que importe-, marcha hasta
Hong Kong donde al parecer se va a disputar el Kumite, un torneo
secreto de artes marciales que se disputa cada cinco años y en el que se
enfrentan, a vida o muerte, los mejores luchadores del planeta. Ahí se plantara
nuestro ciclado amigo, que de entrada se hará coleguita de un grillao
cuyo entrenamiento consiste en beber latas de cerveza sin parar, después
enamorará a la rubia de turno -la historia de amor siempre presente en el
cine vandammiano- y entre medias le dará de hostias a todos los
contendientes que tienen la mala suerte de cruzarse con él. Encima, para
complicar más el asunto, hay un par de patosos agentes de la CIA que le
van pisando los talones para repatriarlo. Por supuesto que, al final de la
carrera, Van Damme conseguirá llegar a la pelea por el título enfrentándose al
malo malísimo. Un tal Chong Li, chinata de postín con unos pectorales
del tamaño de dos campos de fútbol. Y por supuesto gana. Y no vuelve a los EEUU
porque lo repatrien sino porque a él le da la gana. Y con la rubia. ¿Qué qué?
Varias cosas llaman la atención en este film. Primero, que esté inspirado en
hechos reales (¿?). Al parecer JCVD encarna la figura de Frank Dux, un
luchador californiano de Full-Contact que ostenta un montón
de récords en esto de las artes marciales, entre ellos, el de más
combates ganados en el mencionado Kumite. También que el malo esté
interpretado por Bolo Yeung, un mítico luchador que alcanzó la fama de la mano
del no menos mítico Bruce Lee -el rey de las pelis de chinos esquizofrénicos-.
Además, otro de los secundarios es Forest Whitaker… ¡Quién te ha visto y quién
te ve chaval! Por último, a modo de curiosidad, comentar que esta es una
de las pocas películas dirigidas por Newt Arnold, otrora prestigioso ayudante
de dirección de James Cameron en “Abyss” (1989) y de Richard Donner
en “Los Goonies” (1985). ¿Qué necesidad tenía este entrañable
septuagenario de meterse en semejante berenjenal?
En definitiva, “Contacto sangriento” consagró a Jean Claude Van Damme
como uno de los más grandes del culto friki, siendo éste el gran
éxito que necesitaba su carrera para empezar a sonar en el mundo del
espectáculo cinematográfico y sus sucedáneos. Tras ganarse a pulso un lugar
principal entre el elenco de repartegalletas, el belga llegaría aún más
lejos, consiguiendo que a finales de los noventa le pagaran una nómina mensual
independiente del número de trabajos realizados cada año. JCVD se convertiría
así en todo un funcionario de las toñas.
Por cierto que no lo he dicho, la película es una puta mierda. Mala de cojones…
...y por seguir hablando de pelis y actores malos. ¿No se parecen un huevo Vin Diesel y Lucien Faubert? Es que me ha venío esta mierda a la cabeza, que
le vamos a hacer… ¡Ah! ¿Qué quién coño es Faubert? Pues ese saldo que ha fichado el Real Madrid CF durante el mercado de invierno. Que manda huevos la
planificación deportiva...
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