Que la obra de Ryszard
Kapuscinski no es solo interesante desde un punto de vista periodístico, es algo
evidente y solo es cuestión de comenzar a leer cualquiera de sus libros. A la
hora de analizarla no podemos dejar de lado su intrínseco valor histórico y hasta
sociológico. También es destacable su prosa y esa forma aparentemente sencilla con
la que nos acerca a temáticas complejas. En el caso de “El Sha o la
desmesura del poder”, el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y
Humanidades en el 2003 hace una radiografía de las causas y un desarrollo cronológico
de la revolución que acabó con el gobierno del último Sha de Persia.
¡Y consigue que lo entendamos todo!
El libro empieza con nuestro narrador recluido en un hotel de Teherán en 1980.
Justo cuando los revolucionarios iraníes tomaron el poder. A partir de notas,
cintas magnetofónicas, fotografías y otros materiales, Kapuscinski nos hace
participes de sus reflexiones acerca de la caída del Sha. De cómo
un régimen sustentado en el miedo, un terror real al Ejército y a la Savak -la
brutal policía secreta del régimen-, termina de forma abrupta. El fin de un
monarca despótico que ha gobernado sin pensar en su pueblo, desoyendo sus
demandas e incluso desconociendo las peculiaridades de su propio país.
Lo que más llama la atención es la profundidad de la indagación en los porqués.
Kapuscinski se empapa de realidad en las calles, transmitiendo al lector lo que
supone vivir en un estado de miedo constante, en una ciudad en la que la policía
secreta está por todas partes y no se puede confiar en nadie. Ahonda en las
particularidades de un país que una vez fue Imperio y también en el merder
que fue la dinastía de los Pahvlevi. Mostrando como los problemas vienen de
antiguo y como ha influido la propia idiosincrasia de un pueblo orgulloso como
el persa, acostumbrado a una sucesión de monarcas autoritarios cuya deposición se
produjo a sangre y fuego. De hecho habría de remontarse hasta Ciro II o Abás I para mencionar un monarca que haya dejado una impronta positiva en esa sociedad.
También entendemos el papel fundamental de la visión de ese islamismo de corte chiita
que acabará imponiéndose.
Todo ello conllevará que el “régimen de los barbudos”, uno de cuyos sucesores
es el actual Presidente Mahmud Ahmanideyad, alcance el poder en Irán. Unos fanáticos
religiosos que se servirán del descontento causado entre la población oprimida
por el Sha y sus tácticas brutales de control. Recogiendo los
frutos de la oposición pacífica encabezada por el mullah Jomeini,
quien supo convencer a su pueblo de que la religión era la salvación frente a
la tiranía. Por cierto que, de alguna manera y siempre en clave personal,
Marjane Satrapi también nos habla de todo esto en “Persépolis”.
Al final, el tal Mohammad Reza Pahvlevi -aka el Sha de Persia- fue
una suerte de iluminado que consagró su mandato a construir un sueño
irrealizable, a cualquier coste: “La Gran Civilización”. Una especie de “segunda
Norteamérica”, en sus propias palabras, que habría de llegar con el transcurrir
de una generación de iraníes. Se concretó en una dictadura dirigida por una
elite de multimillonarios enriquecidos por el petróleo que vivieron de espaldas
al populacho, al que despreciaban y humillaban.
El caso es que “El Sha o la desmesura del poder” me parece un libro
indispensable para comprender la problemática iraní y por extensión de Oriente
Medio. Tremendo, como todo lo firmado por Kapuscinski.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario