Anoche me acerqué a ver el MTV Winter 2009 que se celebraba
en la Ciutat de les Arts de Valencia. No me podía perder un evento
supuestamente gratuito, pero que nos ha costado un millón de euros a todos los
valencianos… Será por aquello tan de la terreta de “els diners i
els collons són pa’ les ocasions”. Reconozco que fui más por el convoy que
por ver a los grupos. Si bien, sería injusto no reconocer que el cartel era
bastante decente. Desde luego mucho más interesante que el del año pasado.
Supongo que por ese motivo, además de la gratuidad, el recinto se puso a tope.
Se notó el tirón de unos Franz Ferdinand que venían a presentar su nuevo
disco “Tonight: Franz Ferdinand”. Pero la velada comenzó con la actuación
de los valencianos Polock, un grupo del que no tengo demasiadas
referencias y al cual, para que os voy a engañar, pasé de ver. Se estaba más a
gusto en un bareto de los alrededores tomando unas birritas y
manteniendo una animada discusión sobre lo divino y lo humano. Tendré que creerme
eso de que consiguieron meterse al público en el bolsillo con su rock en
inglés. Al menos eso comenta el corresponsal del Levante-EMV. Después de
mis paisanos salieron a escena unos patéticos Starsailor. Y sí, he dicho
patéticos que es lo más suave que se me ocurre. Mientras hacía cola para
agenciarme una empanadilla y una Fanta escuché alguno de sus hits,
como el estomagante “Four to the floor”. Y eso que es de lo poco decente
que han publicado estos ingleses cuya trayectoria musical no pasará a la
historia. El resto de canciones ni me sonaban y he leído que son las del nuevo trabajo.
Tiene una pinta horrorosa.
A continuación vino el primer plato fuerte de la noche, protagonizado por los
suecos Mando Diao. Proyecto de gran grupo garagero que, vistos
los derroteros que está tomando su sonido, va en camino de convertirse en el
enésimo ejemplo de lo que pudo haber sido y no fue. Con todo y pese a lo
frustrante que resulta el comparar las canciones de sus dos primeros elepés con
el nuevo material, la actuación no estuvo nada mal. Los tipos se lo curraron y
supieron adecentar el sonido de muchas de esas nuevas composiciones,
prescindiendo de la deriva ñoño-melódica que presentan enlatadas. Encima se vieron
espoleados por un público entregado. Con hordas de Erasmus rubios
copando las primeras filas y con banderas al viento.
Y ya llegamos al final y a la apoteosis generalizada. El cierre del festival y
por lo que el personal no había pagado, salvo que fuesen contribuyentes
valencianos como este menda: La presentación de “Tonight: Franz Ferdinand”.
Y los escoceses comenzaron regulero. Muy fríos, a todo con la noche valenciana.
Encima me pareció que el sonido era bastante malo. Por suerte la cosa cambió de
forma milagrosa a partir de la cuarta o quinta canción. “Do you want to” animó
al personal hasta enloquecerlo, surtiendo un efecto revitalizante en el
cuarteto de Glasgow que, de ahí hasta el final, se desempeñó con un brío ausente
al comienzo. Al final y para mi sorpresa, el show estuvo de putísima
madre. Dignificando incluso aquellos cortes más brasas. ¡Si hasta los bises estuvieron
geniales! En una onda más roquera que bailonguera, lo cual, visto
el material de partida, es de agradecer.
Visto en comparativa, el MTV Winter 2009 fue un evento más satisfactorio
que la edición 2008. Con aquella mediocre actuación de los otrora grandísimos The
Cure o la de unos teloneros de chichinabo como From first
to last, protagonistas de una de los peores bolos que jamás haya
presenciado. La frialdad de unos góticos para nenazas como HIM no mejoró mucho
la cosa. Encima este año no ha hecho el frío que hizo el pasado, en el que el
dios Itzlacoliuhqui, cabreado por el desempeño de los artistas, decidió
dejarnos los cojones del tamaño de perdigones. Por lo demás, la organización
repitió los mismos errores. ¿Cómo coño se puede montar un concierto sin vender
nada de alcohol? Y no me vengáis con moralismos vacuos en defensa de una
juventud que, como no puede ser de otra forma, se las ingenió para pasar litronas, kalimotxos,
petacas y botellones de todo tipo. Eso por no hablar de otras
sustancias. De hecho, desde mi posición presencié cómo miembros de Protección
Civil habían de intervenir, en no menos de seis ocasiones, para atender a
chavales bastante perjudicados. Y no creo que por potomanía, vaya. Otro error
repetido, estructural en este caso, tiene que ver con un recinto que no sé si es
el adecuado para la celebración de este tipo de eventos. Vale que hay que
vender la imagen de Valencia al mundo y que mejor sitio que los “hierros
blancos” de Calatrava. Pero meter a tantas personas en un espacio alargadísimo,
con una sonoridad tan deficiente y una visibilidad mínima, no hace sino
desmerecer el espectáculo. Vale que casi cada megaconcierto o súper festival
comparta problemática. Porque se prima más la cantidad que la calidad y a la
gente le interesa más verse metida en el embrollo que disfrutar del show
por el que ha pagado. Pero vaya, aquello del mal de muchos…
Ojalá estas cuestiones se solucionen cara futuras ediciones del festival. Porque
se van a celebrar más, ¿lo sabíais? Al menos dos según me cuentan. A eso se ha
comprometido la Generalitat con la MTV. ¿Alguien ha dicho crisis? Yes we
Camps.
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