El pasado domingo,
aprovechando que la sinusitis me dio un pequeño respiro, me acerqué hasta el Teatre el Micalet para ver “Iuventutis Day (Un zriller episcopal)” y me topé con una comedia irreverente, como no podía ser de otra forma, estando
escrita y siendo dirigida por dos gamberros como Xavi Castillo y Joan Peris. Una
historia de crímenes a lo James Ellroy -pero en versión beata y con traje de
fallera-, que incluye un sinnúmero de críticas a la jerarquía eclesiástica, a los
medios de comunicación y al estilo caciquil de hacer política tan propio de
estos pagos. Francamente mereció la pena ir a verla. Consigue que pases un buen
rato riéndote de las miserias que asolan esta región tan dada a los excesos
urbanísticos y clericales. Desconectando de una realidad de mierda mucho más
dura de lo que refleja la obra.
“Iuventutis Day” es una caricatura salvaje del proceso de preparación de una
visita papal. De una nueva visita del pontífice a España, se entiende. En esa
tesitura, ¿quién mejor para organizar el evento que las autoridades valencianas?
Con una “exitosa” experiencia previa que les avala… Si en la anterior ocasión,
la visita fue con motivo del encuentro mundial de las familias, ahora el
festivalito tiene que ver con la juventud. Acercar la Iglesia a los jóvenes…
ejem… Como si hiciera falta. Para gestionarlo, es necesario crear una
fundación y ahí surge la idea de la “Iuventutis Day” fundeichon. Pero una serie de misteriosos asesinatos que afectan
directamente a personas implicadas en la misma, hacen peligrar el evento.
La historia es absolutamente disparatada. A ello ayuda la alocada interpretación
de seis actores que representan a una enorme galería de personajes y el ritmo trepidante
del espectáculo. En varios momentos se hace referencia a noticias que afectan a
la actualidad valenciana y española, además de introducir referencias poco
disimuladas a siniestros personajes del espectro político regional. Con una
mención especial a los miembros de la familia Balaguer y su capo, don Carlos, en
alusión al más corrupto de todos ellos… el Honorable President de la
Diputació Provincial de Castelló, don Carlos Fabra Carreras -padrino de los Castellonesi-.
Por desgracia la obra ya ha sido desprogramada en Valencia. Pero si tuvierais la
oportunidad de verla en la casa de la cultura de algún pueblo de la rodalía,
no lo desaprovechéis. Horita y tres cuartos de reírse a pierna
suelta. No está pagado, creedme.
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