martes, 23 de noviembre de 2010

J. Roth /vs/ Micah P.

El pasado fin de semana, aprovechando los múltiples viajes en tren a los que me vi obligado, me leí -o más bien me “fumé”- dos nouvelettes de esas que me gustan a mí, en torno a las cien páginas cada una. Os hablo de “La leyenda del Santo bebedor” de Joseph Roth y de “No voy a salir de aquí” de Micah P. Hinson, en el fondo un par de relatos alargados con un temática de fondo común: el alcohol y la diferente percepción que de las cosas se obtiene tras la ingesta masiva del mágico caldo, tan del gusto de Baco y toa su colla de borrachines. Si bien se aprecian claras diferencias en cuanto a calidad literaria, como no podía ser de otra forma tratándose de la última obra de un escritor más que consagrado como es Joseph Roth, frente a la ópera prima de un cantautor metido a novelista como es el caso de Hinson.   

Dicen los que saben de esto que “La leyenda del Santo bebedor” no es lo mejor que escribió Roth a lo largo de su vida, incluyendo su labor como periodista y escritor. Yo no puedo dar fe de ello, ya que esta es mi primera aproximación a la obra del novelista austriaco. Aunque sí puedo decir que me ha gustado bastante. Al menos lo suficiente para interesarme por el resto de su obra, incluyendo algunos libros formato ladrillo a los que tenía cierto respeto. El relato en sí nos cuenta la odisea de Andreas Kartak, un vagabundo polaco que pasa buena parte de su tiempo bajo los puentes del Sena, que tras un encuentro fortuito con un desconocido va a encontrar una finalidad a la que consagrar sus últimos días de vida. Movido por un estricto sentido del honor, Karnak intentará por todos los medios hacer frente a la deuda contraída con ese desconocido, pero una serie de casualidades y su afición por el alcohol barato, terminarán por impedir que cumpla con su cometido. No sé cuanto tiene de autobiográfico esta historia, pero parece ser que Roth tenía mucho de bebedor y muy poco de Santo, al igual que el protagonista de esta fábula. En este sentido, cuenta Carlos Barral en el prólogo, que el texto supone una apología sobre la sacralidad del vino y de cómo éste transforma el mundo, cambia sus leyes e incluso la virtud de los santos, “para hacerlo habitable y agradable a los que creen en él”. No podría estar más de acuerdo.

El segundo de los libritos viene firmado por Micah P. Hinson, extraordinario cantautor de Abilene (Texas) al que ya he dedicado algún que otro post en este mismo espacio. Llama la atención de entrada, que la novela tan sólo haya sido editada, al menos por el momento, en España y en idioma castellano. Esto dice mucho del cariño que el tipo tiene por esta tierra y, también, de la legión de incondicionales que ha atesorado aquí en poquísimo tiempo. Según cuenta el propio Hinson, la escribió con tan sólo 23 años (ahora tiene 29) con una vieja máquina de escribir Royal que adquirió en un anticuario. Desde entonces hasta ahora, la máquina se convirtió en su mejor amiga, ayudándole a superar su adicción a las drogas, sobrevivir a un temprano paso por la cárcel, olvidar a una mujer fatal que marcó su juventud y superar las terribles secuelas que le ocasionó un brutal accidente. "En mis peores momentos con las drogas lo empeñé todo menos la máquina de escribir. Me quedé sin guitarra, pero jamás sin mi Royal, ella ha sido más fiel que ningún dios o mujer. Era mi mejor amiga y lo sigue siendo"

Dicho todo lo cual, me parece que la novela de Hinson no es nada del otro mundo. Una típica y tópica historia de chico y chica a la deriva, con muchos kilómetros de carretera por delante para llegar a ninguna parte. Una primera novela altamente psicotrópica, bastante triste y con alguna nota de humor negro, en la que los críticos han querido ver similitudes con Buffalo ’66, película realizada por el sobrevaloradísimo –como director- Vincent Gallo. Un parecido que, desde mi punto de vista, comienza y acaba con ese planteamiento inicial, por otro lado el mismo que podríamos encontrar en casi cualquier cuento de Raymond Carver,  Sherwood Anderson o Richard Ford. Eso sí, bastante peor hilvanado en el caso que nos ocupa. Sobretodo porqué en muchos momentos no se entiende un pijo de lo que Hinson escribe. Me da la sensación que aquello que valoramos como virtudes a la hora de escribir sus canciones -textos cortos con un onirismo más o menos entendible y con una fuerte carga de emotividad-, se transforma aquí en un gran handicap que nos impide entrar y en muchas ocasiones amenaza con sacarnos de la historia –profusión de farragosos párrafos para cuyo discernimiento precisaríamos de una información que nunca se nos llega a dar-. En fin, veremos que nos depara el futuro de Micah como escritor. Y como músico. Desde luego yo no pienso perderme su próxima actuación en Valencia, anunciada para mitad de diciembre.

6 comentarios:

  1. Ambos caerán, entre copa y copa.

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  2. No hace falta que te los compres... salvo que el rollo fetichista te obligue a adquirir el de Micah P.

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  3. Juré no volver a dejarme llevar por la mitomanía tras leerme el cagarrón que en su día soltó Don Ignacio Vegas.

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  4. hummmm... me lo temía, que no era nada para tirar cohetes (el de Micah). así q ni siquiera es transgresor..? según él -en la propia presentación- tenía sus dudas de si este libro podría funcionar y tener público en USA (y no parecía importarle), como si fuera algo rompedor; y decía tmb que le comparaban con Bukovsky... estás de acuerdo?
    Así que no te gusta Vincent Gallo.........???? Pues yo creo que "Buffallo 66" es de un minimalismo atroz y tiene una historia de amor universal como pocas.
    *THE NATIONAL EN EL PRIMAVERA SOUND 2011!!!!!!!
    bss

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  5. No, la verdad es que ni es para tirar cohetes y ni siquiera me parece transgresor, salvo que me haya perdido algo transcendental en medio de algunas parrafadas a las que no hay Dios que le encuentre sentido. Quizás es que ya he leído demasiado y me cuesta mucho que algo me sorprenda... o tal vez es porque las editoriales tienen demasiada facilidad a la hora de calificar alo como rompedor... no sé... buena reflexión para una entrada. Aunque me da a mí que hay más de lo segundo.

    ¿Parecido a Bukowsky? Pues no sé que decirte. Supongo que algunas cosas sí que evocan las andanzas de Hank Chinaski, pero no me parece que sea la influencia más clara de esta novela. Me recuerda más a las historias de Carver por ejemplo (¡pero en malo!). Quizás le falta sexualidad explícita y burraca para ser considerado bukowskiano.

    No es que me disguste Vincent Gallo como director, ¡es que lo aborrezco! Y vale sí, es verdad, el tipo apenas si tiene obra como para juzgarle tan duramente. Y encima "Buffalo '66" me gustó bastante (sobretodo esas botas rojas que busqué en todo tipo de mercadillos pero nunca encontré). El problema es que tan sólo me gustó esa, luego vinieron un par de cortos supervalorados por la crítica (y algún amigo con el que me gusta discutir de cine entre copas de vino y gin-tonics) y sobretodo esa memez titulada The Brown Bunny (para más inri co-protagonizada por Chlöe Sevigny, a la que no trago ni siquiera de actriz). En fin, supongo que me acercaré a ver "Promises Written in Water"... Aunque reconozco que me da miedito...

    Lo de The National lo sabía. Y no sólo ellos, Mogwai, Animal Collective... la verdad es que les está quedando un cartelazo de la ostia. De hecho estoy planteándome muy seriamente el acercarme hasta tan magnífico evento. Si los dineros y otro tipo de obligaciones me lo permiten. Y si a los "hermanos del norte" no les parece mal... ja ja ja

    Ciao Lapor...

    PD. Que sepas que, por tu culpa, le estoy empezando a coger cariño a esos tres frikazos de "Die Antwoord"... je je je

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  6. sí, denominarse bukowskiano es demasiado auto-halago, ya me lo temía yo... además dudo que Micah a esa edad estuviera una 10% parte de lo quemado que estaba B cuando escribió "El cartero", que cada rencor y malestar se nota, se palpa,se mastica.

    Por otro lado.. la Chloe cae mal, no sé por qué. Yo tampoco creo que sea una buena actriz pero mira qué casualidad, tiene gracia porque justo he puesto en el últ post una escena suya y parece que gane. (vela si puedes)
    Pero Vincent gallo,...ay ay ay, yo estoy enamoradica, jeje. Me parece magnético en todo lo qe hace, que tiene un don, que -aunque no sepa hacer historias demasiado sofisticadas, porque probablemente no tenga la técnica- hay algo en su cine profundamente beat que tiene, intrínseco. no sé si estás de acuerdo.. y sí, me refiero sobre todo a "Buffalo66"

    jajaaaaaa, pues haces muy bien, Sulo! con DieA. no reniegues de esa muchachada freaky que pronuncia las erres como para decir el perro de san roque.. Hay que reconocer que ese estribillo "I´m a butterfy..." tiene algo y no es (o no sólo) la extraña niña-mujer

    Primaver Sound..: parece que sí, que va viento en popa a toda vela, igual que los precios, hinchaditos como velas en alta mar, como siempre. Pero bueno, para que se mepasen los nefados que me entran siempre con que parece que estemos todos forrados y que crisis..? yo no he oído nada... The National de momento son cucún, si van confirmando grupos que me gusten tanto, la cosa toma sentido, porque B&S por ej. no son de mi devoción...
    Pues yo de tanto intercambiar informaciones acabé conociendo allí a Txarls, jeje. Y tmb a Viola,

    vaya chapa, eh! jaja
    chao.bss

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