El otro día me leí del tirón los siete números de Black Summer y os he de decir que es un cagarro de dimensiones considerables. Y es que Black Summer pretende ser un cómic sesudo de superhéroes, en la onda The Watchmen ya me entendéis, pero no se queda ni a mitad de camino. Más que nada porque no se entiende un pijo. Fatalmente escrito por Warren Ellis, el único interés radica en las ilustraciones del andaluz Juan José Ryp, si bien tampoco es que la cosa sea como para tirar cohetes. Es más, se aprecia un gusto del dibujante por el recargamiento visual, el abigarramiento de cosas y colores y ese horror vacui todavía ayuda menos a la hora de que pillemos de que va la historieta. Se supone que nos están contando las consecuencias de que un superhéroe bueno se cargue al Presidente de los Iuesei, no sabemos muy bien porqué. Obviamente este ficha no es el único con superpoderes en ese ridículo mundo ideado por el señor Ellis, también están los Seven Guns, otrora compañeros de aventuras y tropelías de John Horus -así se llama el faker asesino- y ahora ¿enemigos? ¿justicieros de la noche y del día? En fin, que así es como vas pasando las hojas y sigues sin enterarte de nada o te enteras de cosas que en realidad no llevan a ninguna parte, eso sí, desde el inicio eres consciente de que tanto los superhéroes güenos como el supermaloso son los personajes más mal trazados que has visto en tu vida. Y así hasta ese glorioso final… ¡Una pirueta digna del peor guionista de Hollywood! Vamos, que todo se va a tomar por culo y casca hasta el apuntador (¡¡¡Toma spoiler!!!). No os enfadéis, os he hecho un gran favor. Hacedme caso y no lo leáis.
Lo dicho, malo no, lo siguiente.
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