miércoles, 29 de febrero de 2012
Vergüenza
De la extensa cosecha cinematográfica que nos deparó el pasado año 2011, me han gustado sobremanera “Drive” de Nicolas Winding Refn, “El árbol de la vida” de Terrence Malick y “Shame” de Steve McQueen. Curiosamente, en un año en el cual la industria no ha estado especialmente brillante (¡otro año más!), pariendo una hornada de mediocridades variadas, films homenaje exentos de originalidad, remakes, secuelas y precuelas innecesarias, ninguna de las tres ha obtenido el merecido reconocimiento en la gala de los Oscars celebrada la pasada semana. La cosa tiene delito, especialmente en el caso de Michael Fassbender, cuya rotunda interpretación de un ejecutivo adicto al sexo en “Shame” no sólo se merecía un Oscar, sino dos.
Michael Fassbender es Brandon, un treintañero que vive en un lujoso apartamento de Nueva York y que para evadirse de la monotonía del trabajo se dedica masturbarse, ver porno, buscar rollos de una noche o directamente pagar por sexo, sin permitir que los sentimientos afloren. De hecho es incapaz de mantener relaciones normales de amor e incluso de amistad. Su vida se reduce al sexo. Con todo, dentro de la turbiedad, su día a día sigue un ritmo metódico y ordenado. Algo que se verá alterado por la imprevista llegada de su hermana Sissy (Carey Mulligan, la rubita de “Drive”), una chica rebelde, problemática y traumatizada por algo que intuimos pero no se nos cuenta. Al final su presencia explosiva llevará a Brandon a perder el control sobre su propio mundo.
La verdad es que he visto pocas películas en las que se indague en el peliagudo asunto de la adicción sexual de una manera tan profunda como en “Shame”. Porque la peli va de sexo, sexo y más sexo, pero en el fondo no trata de otra cosa que la soledad, la incomunicación, el rechazo y también los traumas sexuales que pueden llevarnos a la autodestrucción. Psicológicamente claustrofóbica, Steve McQueen (nada que ver con el mítico protagonista de “Bullitt”) desnuda a sus actores literal y figuradamente, dejándolos sin nada que esconder. Aunque sobretodo, como ya he apuntado al comienzo, lo más impresionante es que incluye uno de los más acertados retratos de personajes de los últimos años, interpretado por un actor superlativo que con su mirada, sus gestos y su cuerpo (desnudo o vestido) nos cuenta muchas más cosas que si la película estuviera llena de diálogos. No es casualidad que ese maravilloso actor germano-irlandés con apellido de realizador de culto fuese galardonado con la Copa Volpi, al mejor actor, en el pasado Festival de Venecia.
"Shame" es una película perturbadora y certera que transmite amargura y que te altera profundamente el ánimo. Una de esas obras que dejan poso. Magnífica. Cine con mayúsculas. No os la deberías perder.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola,
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con la calidad de la peli y la soberbia interpretación de Fassbender. ´Sin embargo, no sé si acabo de estar de acuerdo con esa interpretación que haces de su adicción "para evadirse de la monotonía del trabajo se dedica masturbarse, ver porno, buscar rollos de una noche..". Es obvio que la monotonía del trabajo (y del mundo en general) no ayuda a disipar las adicciones, pero no pienso que sea la causa o el origen de un trastorno tan serio. Me parece que la peli retrata bastante bien la patología, o como mínimo los efectos que tiene en la vida cotidiana el sufrir este trastorno. Por ejemplo,cuando conoce a la negraca buenorra del curro y sufre la propia humillación de no poder tirar p'alante con ella, no por falta de sentimientos, sino pq se sabe enfermo y se avergüenza horrores. La llegada de su hermana pequeña (con su propia adicción emocional) es otra situación en la que se siente intimidado (creo que en la peli Brandon llega a decir "acorralado") y avergonzado de algo que desde luego no controla, su adicción al sexo. (fin del comenario).
Por otro lado, como siempre, un gusto leerte.
P.d. perdona por la extensión, pero es que la peli me ha calado... estas cosas pasan.
B.
No no, igual me he expresado mal, está claro que el tipo es un enfermo, pero precisamente por su enfermedad no es capaz de disfrutar nada más en la vida que satisfaciendo su pulsión sexual a todas horas. Eso incluye el que su trabajo no sea más que un mal necesario para poder sufragarse su vicio, un medio para conseguir ese fin, por decirlo de otra manera. Pero sí, es cierto, lo importante es la adicción al sexo como transtorno. Por otro lado no sé si estoy de acuerdo del todo respecto a la interpretación que haces del affaire con la negrita. Yo creo que sí hay falta de sentimientos, el tipo es incapaz de querer y el director nos lo muestra en tres aspectos de su vida, respecto a su posible pareja, respecto a su familia y respecto a sus colegas/amigos.
ResponderEliminarUn gusto leerte a ti y que me repliques...
Salut.
S.