lunes, 6 de agosto de 2012

El chileno del bigotito


"When I saw him there I thought... woooow! ...what a great 'stache!!!"
Bruno Gandi (FIG President)
Nada mejor para pasar una calurosa jornada estival (¡y encima de resaca!), que postrarse ante el televisor y ver las Olimpiadas. Por la pantalla asistimos al desfilar de hermosos caballos que seguro cuestan un cojón o dos, absolutamente derechos en todos los movimientos indicados por el jinete -normalmente una señorita enjuta, embutida en unas apretadas mallas blancas y provista de látigo, enormes botas y sombrero de copa… y os prometo que no es sado, ni zoofilia, ni bondage, ni ninguna otra perversión sexual -; Y que me decís de esos tipos encorvados hasta el imposible sobre futuristas máquinas de dos ruedas, que dan vuelta tras vuelta a un pequeño velódromo peraltado sin que sepamos muy bien el porqué ni el para qué, ya que puntúan o se les penaliza sin lógica aparente; Bueno, y esas preciosas carreras de barquitos en las que los medidos movimientos de los tripulantes deciden quien va al frente, lo cual no quita que los telespectadores no sepamos que carajo está aconteciendo ni quien coño va primero, segundo o último; O esos jovenzuelos en mallas con bíceps de Popeye “el marino” y ridículas piernecillas, que mariposean cual reina del carnaval de Castro sobre un tapete rectangular, cuando no se agarran a dos argollas y se dedican a imitar a Jotacé... 

[ironic mode OFF].

Eyyy wait, que la gimnasia mola. Porque al menos ahí, de tanto en tanto -y creedme si os digo que es MUY de tanto en tanto – irrumpe algún personaje que hace que todas esas horas de tedio viendo la doma clásica, el hockey sobre hierba, el waterpolo femenino o los saltos de trampolín, tengan sentido. Y aquí es donde entra la figura de Tomás González Sepúlveda, el gimnasta del bigotito, aquel que nos resolvió de una vez y para siempre la cuestión de "¿se puede llevar chandal y bigotito?" Pues sí se puede… claro que se puede... es más, ¡se debe! ¡Grande Tomás! ¡Grande chileno! ¡Peaso bigotti! Me declaro fan incondicional de este tipo... Desde hoy (¡atención!) estás en mi panteón de bigotudos favoritos. Siempre a tus pinreles, ¡campeón!

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