John
Stirrat y Pat Sansone son Wilco, pero
también son The Autumn Defense. Stirrat es además
el único miembro original que queda en la mítica banda de Chicago,
junto a Jeff Tweedy claro está. Sin embargo el hombre, no satisfecho
con su papel secundario en Wilco -y es que no hay que olvidar que
Wilco está consagrado a la creatividad de Tweedy-, decidió darle
salida a su pulsión creadora fundando The Autumn Defense. Un espacio
en el cual incorporar todas aquellas composiciones propias que, de
forma constante, le van viniendo a la cabeza en los trayectos y
largas esperas que se suceden en las extensas giras de Wilco. Fruto
de todo eso surgió “The Green Hour” en el año 2001 y luego
vinieron cuatro álbumes más hasta llegar al mejor de todos ellos,
el maravilloso “Fifth”.
Justo el que vinieron a presentar a Valencia.
Desde
que me enteré que estos tíos iban a pisar mi ciudad tenía claro
que no me lo podía perder. Me gustan mucho The Autumn Defense y
sobretodo sus dos últimos discos, circunscritos dentro de la mejor
tradición pop norteamericana y que, por méritos propios, se incluyen
entre lo mejor que nos han ofrecido los Estates
durante los últimos años. Y eso
contando con que no soy para nada fan
de Wilco y los que me seguís habitualmente lo sabéis de sobra (¡para muestra un botón!). Pero
es que lo que ofrecen Stirrat y Sansone es mucho más
(halaaaaaaaaaaaaaaa!!!).
Pues sí. Para mí sí. No hay ni un solo disco de Wilco que me
emocione ni la mitad de lo que lo hace este quinto álbum de Stirrat &
Sansone. Una maravillosa recopilación de momentos cálidos e íntimos. Preciosismo sonoro que,
como decía algún crítico, evoca a los atardeceres californianos, inspirándose en el pop melódico de los 60 repleto de elegantes
armonías y con perfectos acabados. Algo que
nos retrotrae al imborrable
legado de los Beach Boys del “Pet
Sounds”, los Byrds o
hasta a los
Zombies, pero también, mucho más
próximos en el tiempo, a los Jayhawks del “Rainy day music”.
El
concierto fue una pasada, como no podía ser de otra manera. Las emociones a flor de piel durante poco más de una hora. Todo ello ejecutado con una precisión absoluta. Comenzando por esas voces que tanto sentimiento transmiten. Tan sólo un pero se les podría poner: el que no abusaran de sus
últimas composiciones y se remontaran en demasiadas ocasiones a sus
tres primeros discos. Pero bueno, eso es cosa mía y visto lo visto se les perdona.
En fin, que no sé si aún continúan de gira por el estado pero, de ser así, no desaprovechéis la
oportunidad de ir a verles.
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