Homem em
Catarse es, básicamente, Afonso Dorido, referente de la actual escena musical
portuguesa al frente de los interesantes Indignu [lat.] -de quienes ya os he hablado por aquí-. Un tío que toca la guitarrita como los ángeles, lo que ya quedó
demostrado tanto en su primer EP “Guarda-Rios”, como en su aclamado álbum de
debut “Viagem Interior”, además de en los cuatro elepés que lleva grabados
junto a la banda madre.
Pues
bien, durante estos días de confinamiento forzado, mientras teletrabajo en
precario o paseo entre las cuatro paredes de este nuevo piso -que se ha
revelado demasiado pequeño para los tres y medio que somos-, me he topado con
lo nuevo del guitarrista de Barcelos. Y es una puta delicia. Se titula “Sem
Palavras, Cem Palavras” y es un álbum conceptual
que, como se infiere, no contiene más que el sonido de su guitarra, el de un
piano y un toquecillo de electrónica. Con ello Afonso se basta y se
sobra para encadenar una seguida de diez intensos pasajes, dibujados a base de
superponer capas y texturas.
Un álbum
que suena muy portugués, por lo sugerente y melancólico, pero a la vez muy post-rocker. En donde se dan cita desde los Explosions in the Sky hasta los primeros Múm, pasando por Slowdive y, cómo no, la música
tradicional del país vecino. Repleto de sentimiento y emotividad, recreando
maravillosas atmósferas, resulta ideal para la evasión de ese pequeño Chernóbil
que nos está tocando padecer. También de los infiernos particulares que se
desatan en nuestro día a día...
(Me viene a la cabeza uno que tiene que ver con
plantaciones de almendros infectados y con abueletes que no tienen otro medio
de vida más allá de su explotación. ¿Por qué será?)
Y esta es
la primera de mis recomendaciones musicales durante este 2020 de mierda. El año
en el que arranqué de un estado de emergencia –que de facto era de sitio- para
plantarme en un estado de alarma. ¡Échale huevos! Y sí, sé que el año pasado por estas fechas ya os había hablado sobre un buen puñado de álbumes. ¡Dadme
un respiro, collons!
Bueno va,
aunque no diré mucho más, además del disco de Homem em Catarse ando colgado de lo nuevo de Ben Watt - ¿quién me lo iba a decir?-, Bonnie “Prince”
Billie –el tito Will nunca defrauda-, Caspian –rozando el nivel del “Tertia”-,
Destroyer –a su rollo-, Drive-by Truckers –lo de siempre y bien que me parece-,
A Girl Called Eddy -16 años después, que se dice pronto-, Isobel Campbell –sin Marc,
ni por supuesto Stuart-, Lina_Raül Refree –el Rulo se pasa al fado-, Los
Enemigos -¡Aupa Josele!-, Luke Haynes - Peter Buck –gloriosa confluencia-, The
Men –más roqueros que nunca- , Nada Surf –menos no es más, pero sigue siendo
mucho-, Pablo und Destruktion –a vueltas con el bucle melancólico-, The Rentals
–ahora sí que sí, o eso parece-, Stephen Malkmus –moviéndose entre lo reflexivo
y lo lisérgico- Toundra –transmutados en
compositores de bandas sonoras- y VVV Tripin’You) –ahí siguen en aquello de rendir culto al frío, al ruido…-. Y prometen los avances de Brendan Benson, Greg
Dulli, Happyness, Inverness, Jeanines, The Lemon Twigs, Nap Eyes, Palehound,
Paradise Lost, Paradox Obscur, Protomartyr, Schammasch, Throwing Muses y
Waxahatchee.
¡Ah! Que no se me olvide esto. Está muy molona la iniciativa “Music for Gloves” en la que varios sellos nacionales ofrecen descargas de material inédito de sus bandas por un módico precio. Los
ingresos se destinan a la compra de equipos de protección para los hospitales.
Cuestión harto necesaria en estos tiempos de coronavirus. Y la verdad es
que hay cosas realmente chulas firmadas por gentes como The Parson Red Heads, The Violet
Hours, Kelley Stoltz, Daniel McGeever, The Maureens, Holy Tunics…
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