La aparición en el año 2000
del primer tomo de los cuatro que conforman esta novela gráfica, ya anticipaba
la grandeza de lo que acabaría por convertirse en un clásico del género. La
cosa vendría acompañada de enormes críticas, un considerable éxito de ventas y
un puñado de premios entre los que destacan el de autor revelación y mejor guión
en el Salón del Cómic de Angouleme, el Premio Harvey a la Mejor Obra
Extranjera del 2004, el Prix du Lion belga, o el primer premio de la Paz - Fernando
Buesa Blanco concedido en Vitoria el año 2003.
“Persépolis” es una suerte de autobiografía
de juventud de la iraní Marjane Satrapi. Cuenta cómo sobrevivió a los últimos
coletazos del régimen del Sha de Persia y primeros de la revolución islámica, también durante el régimen fundamentalista que se instauró después. El interés de la novela radica en la historia que cuenta y también por quien nos la cuenta. En un mundo como el de la historieta en el cual no sobran
mujeres y no hablemos ya de iraníes.
La narración comienza con la
pequeña Marjie, de apenas diez años. Desde esa perspectiva infantil nos hace
partícipes del cambio social y político que pondrá fin a más de cincuenta años
de reinado del Sha en Irán. Una revolución democrática frente a un
tirano impuesto por los Estados Unidos, que sin embargo va a devenir en uno de
los fundamentalismos más duros del planeta. Hoy día con el infame Mahmud Ahmadineyad como heredero de todo aquello. Y es que conforme va creciendo, la
niña se da cuenta de que ese nuevo régimen, por el que lucharon muchos de sus familiares
y vecinos, ha caído en manos de los integristas y no trae consigo nada bueno. Lo
que unido al interminable conflicto armado entre iraníes e iraquíes, con
constantes bombardeos sobre la ciudad de Teherán, acabará por decidir a sus
padres para enviarla al extranjero. En este punto asistiremos al duro tránsito
de la Marjie adolescente por Austria. Un periodo que terminará con su regreso a
Irán, en donde sabemos que concluyó sus estudios, se casó y por encima de todo
tuvo que acostumbrarse a las nuevas condiciones de vida impuestas por los
barbudos del régimen de los ayatolás.
El caso es que con “Persépolis”, Marjane Satrapi nos ofrece un excelente
testimonio sobre un momento crucial en la historia de su país y del mundo. De
hecho, la propia autora cuenta que eso fue lo que le llevó a escribirla,
manifestando ante los medios que su motivación no era tanto hablar de sí misma,
como de la historia reciente de Irán y sobre todo de lo que pasó durante su
infancia en los territorios en los que reinaran los míticos Darío I, Ciro II o Jerjés “el Grande”.
Otro aspecto interesante del libro es como nos acerca esa visión tan diferente del
Irán moderno. Sobre todo para los que estamos acostumbrados a la versión televisiva
y por lo tanto sesgada que nos ofrecen las agencias de información europeas y
gringas. También son muy jugosas las anécdotas concernientes a los antepasados
de la autora, entre los que se cuentan el último rey de la dinastía de los Kayar y un activo opositor al gobierno del Sha.
Muy característico en “Persépolis” es
el dibujo, de un grafismo bastante simple ejecutado a dos tintas, a excepción
de un apéndice introducido en las últimas ediciones que es a todo color. Unas
viñetas un tanto infantilizadas con las que la autora nos trasmite la sensación
de estar observando el mundo a través de los ojos de una niña. Aspecto este que
sería respetado escrupulosamente en la versión cinematográfica. Porque “Persépolis” también tiene película. Codirigida por Vincent Paronnaud y la propia Satrapi, estrenada
el pasado 2007. Una bonita animación que fue presentada en la Sección Oficial del Festival de Cannes 2007 y
que ha sido nominada al Oscar.
Muy fiel al libreto original y eso es lo mejor que se puede decir de ella. Hasta
el punto de que pareciera como si las páginas del cómic hubiesen cobrado vida.
Convertido en un símbolo de la lucha contra las injusticias y las barbaries del
integrismo islámico, “Persépolis” es
una obra imprescindible para comprender el mundo en el cual vivimos. Una
obra maestra de la historieta.
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