Inauguro
aquí esta nueva sección que llamaré, con escasa pretenciosidad, “Grupo de la
semana” o “GDS” para acortar los títulos en las entradas. Súper original y la
mar de rebuscao, como sin duda apreciaréis… Os advierto de que la referencia temporal tiene
un carácter meramente estimativo. Y es que, conociéndome, es probable que durante
muchas semanas no os hable de nadie y en otras señale a más de un artista o
banda. Todo esto porque quería escribir unas líneas sobre Interpol, cuarteto
neoyorquino liderado por Paul Banks y Daniel Kessler, del que también participan
Sam Fogarino y Carlos Dengler. Básicamente porque llevo un tiempecito sin quitarme
de la cabeza varias de sus composiciones. Dos meses en los que no he parado de
escuchar sus álbumes en sesiones non-stop desarrolladas en el
reproductor de casa, en el ordenador del trabajo, en el puñetero iPod
cuando salgo a correr…
¿Pero quiénes son estos Interpol? Pues una excelente banda de revival post-punk
que honra la herencia de los putos Joy Division. Y es que a veces escuchar a estos
Interpol supone fantasear sobre qué hubiera ocurrido si Ian Curtis no se hubiese
colgado en su casa de Macclesfield y ya cuarentón hubiese capitaneado un nuevo
proyecto musical, pero ahora desde la Gran Manzana. Porque la historia de Interpol comienza
a fines de los noventa en la capital del mundo. Si bien no publicarán nada hasta
entrado el año 2000, con aquel epé homónimo que serviría de presentación en
sociedad y adelanto a su primer largo “Turn on the bright lights” del
2002. Tremebundo disco de pop con ribetes oscuros que define el que será su
sonido más característico. Un año después lanzarán otro epé titulado “The
Black” y que supuso el paso previo al álbum que les catapultaría al
estrellato: “Antics” del año 2004. Todo por incluir un sonido más digerible para
el gran público, además de un buen puñado de sencillos como “Evil”, “Slow Hands”
o “C’mere” que les llevará hasta el éxito masivo. Y de ahí a su tercer y último
trabajo hasta la fecha,“Our Love to Admire”, publicado el pasado 2007. Promocionado
a través del sencillo “The Heinrich Maneuver” con un interesante vídeo dirigido
por el no menos interesante E. Elias Merhige, director de “La sombra del vampiro (Shadow of the Vampire)” -película del año 2000 que deberíais haber
visto ya-. La crítica decidió que representaba una maduración en el sonido de Interpol.
Con una mayor presencia de atmósferas -algo evidente- y dando espacio a la experimentación -no tanto-.
Señalando además a “The Lighthouse” como su mejor tema. Y no sé si será para
tanto, pero sí creo que es un disco repleto de buenas tonadillas. Con una
mención especial para “Mammoth”, por mucho que gente de la cual me fío llegaran
a tildarla de ridícula -¿?-
Y
eso es todo. Con esto quedáis invitados a esta nueva sección en Tres Cagallons... A ver cuánto nos dura… Os dejo con “Evil”, “The Heinrich Maneuver”, un directo de
“Mammoth” en no sé dónde y un vídeo de “The Lighthouse” pero sin imágenes. No sin antes advertiros de que el tío que sale en tres de ellos es
Paul Banks y no el puto Timo Hildebrand. ¡Os lo juro por mis mueltos!
Portero más sobrevalorao suputamare…
“Evil”
“The Heinrich Maneuver”
“Mammoth”
“The Lighthouse”
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