La primera vez que vi actuar al hijísimo y a su
banda de mariachis, fue en octubre del 2007 en el Greenspace de Valencia.
Era sábado por la noche y el cartel lo completaban el catalán Jaume Sisa y la efímera
pareja creativa -y sentimental- formada por Nacho Vegas y Christina
Rosenvinge. Lo cierto es que me acerqué hasta allí por estos últimos y no por
Elvis, cuyo proyecto apenas conocía en ese momento. Y es que el asturiano y la madrileña
venían presentando “Verano fatal”, aquella gloriosa colaboración en la que se
incluían temazos como “No lloro por ti”, “Que nos parta un rayo”, “Me he
perdido” o el que daba nombre al trabajo. Como ya he dicho, del hijo del
actor que interpretara al mítico Norman Bates, apenas si tenía
alguna referencia. Y casi que mejor, porque me encantan las sorpresas. Vaya,
que estos oídos tan acostumbrados a escuchar grupos de porquería, agradecen mucho
este tipo de cosas. Y es que el concierto del compadre estuvo de muerte. El de
la pareja de paisanos también. Y hasta el del ex Música Dispersa. El show se centró en los once cortes de aquel primer álbum titulado “Ash Wednesday”, que incluye las celebérrimas “While You Were Sleeping” y “All the Night Without Love” -adjunto vídeo de ambas-. Un pedazo de disco que, desde mi punto de vista, palidece ante “Elvis Perkins in Dearland”, segundo elepé de Elvis que acaba de ver la luz. Me aventuró a decir que es firme candidato a álbum del año.
La propuesta de Elvis Perkins se mueve en la línea folkie con guitarrita y arreglos sencillos que transita los senderos ya andados por clásicos de la cosa musical como Dylan, Cohen, Van Morrison o Nick Drake. En un plano más terrenal y hasta cercano en el tiempo, su fórmula se asemeja a la de gentes como Jeff Buckley, Elliott Smith, Micah P. Hinson o el borrachuzo de Eef Barzelay. En todo caso, poca broma con los referentes. También es verdad que estoy hablando de su música versión enlatada. Ahí presenta esa cara más suave e intimista que en los directos, donde adquiere un cariz un tanto más movido, añadiéndole incluso notas festivas. De esto último tiene gran parte de culpa el contrabajista Brighman Brough, pero sobre todo el baterista Nicholas Kinsey. Dos de los tres compañeros de viaje de Mr. Perkins.
La verdad es que cuando uno busca información sobre Elvis en la red,
siempre salen referencias a los orígenes familiares. Hijo del actor Anthony
Perkins y también de la fotógrafa de moda Berry Berenson, además su tía es la
modelo y actriz Marisa Berenson –“Cabaret”, “Barry Lindon”, “La muerte en
Venecia”-, mientras que su bisabuela fue la influyente diseñadora de moda Elsa Schiaparelli, conocida por sus colaboraciones con Dalí o Jean Genet. También tiene un hermano actor y director que firma como Oz Perkins y de quien no he tenido el placer de ver nada. Luego está lo de las
tragedias que han perseguido al músico, con su padre muerto de SIDA y con su madre asesinada por Al-Qaeda en uno de los
vuelos implicados en los atentados del 11-S. Triste historia familiar que sin
duda ha dejado marca en sus creaciones.
Y ya os dejo con la música, que es lo que único que realmente importa. No sin antes recomendaros la escucha de lo nuevo de Mr. Perkins,
que es muy -pero que muy- chulo.
"While you were sleeping"
"All the Night without Love"
"Mayday" (en vivo)
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