Francis Scott Fitzgerald no tuvo una vida especialmente larga. Nacido en 1896 en St.
Paul, capital del estado de Minnesota, murió cuando tan sólo contaba con 44
años. Si bien y esto es lo importante, aprovechó todo ese tiempo para escribir
cinco novelas y docenas de relatos breves que lo consagrarían como uno de los
más importantes escritores estadounidenses del siglo XX. Su obra más conocida
es una novela, la magnífica “El Gran Gastby”, pero es a través de los
cuentos donde Fitzgerald alcanzará su cenit literario. Estos, al igual que su
propia vida, están llenos de mujeres audaces, arribistas sin escrúpulos,
filósofos impostados y hombres para los que la valía personal se mide en
dólares o en la reputación de un apellido. Nadie mejor que él para reflejar la
desesperación de una generación de jóvenes de clase alta que no paran de buscar
diversión, en un continuo empeño en quemar la vida.
Ese tipo de héroes son los que protagonizan los siete relatos que se incluyen
en esta compilación de reciente aparición editorial, aprovechando el tirón del film “El curioso caso de Benjamin Button” de David Fincher. Este último, junto al
guionista Eric Roth, se inspiraron en uno de esos cuentos menos conocidos de
Fitzgerald. La particular historia de un hombre que nace anciano y se va
haciendo joven conforme cumple años, al contrario de lo que dicta la madre
naturaleza.
Quizás los cuentos más conocidos en toda la trayectoria del padre del Sr.
Button sean “El palacio de hielo” y “El niño bien”. Ambos, al
igual que el mencionado anteriormente, están incluidos aquí. El primero narra
la historia de un amor que se torna imposible por causa de las diferencias
entre el norte y el sur de los Estados Unidos. Expone a una joven dama sureña
que tras enamorarse de un caballero del norte, hace las maletas para
presentarse ante la familia de aquel y formalizar así el enlace. Una vez allí y
tras verse involucrada en varios incidentes, se percata de cuanto echa de menos su tierra natal. El segundo cuenta la historia de un forever young
de manual. Un niñato que renuncia al amor por vivir a lo grande y sin
preocupaciones. Todo ello, visto en retrospectiva, hace que se replantee
algunas de sus decisiones. Más aún cuando toma consciencia de que, tras disfrutar
a full de la borrachera, es tiempo de padecer la resaca.
La pareja de “El viaje al extranjero” y el próspero empresario de “Retorno
a Babilonia” guardan ciertas similitudes con el niño bien. Tanto los unos como el
otro se dan cuenta de que necesitan darle un nuevo enfoque a su vida y purgar los
errores cometidos en el pasado. El joven matrimonio pretende asentarse y dejar
esa huida hacia adelante continua en la que consistió su periplo europeo. Mientras
tanto, el industrial tratará de volver a la ciudad en la que pasó sus mejores
años para enmendar un terrible error que marcara su vida.
También son muy Fitzgerald las acaudaladas señoritas que protagonizan “Bernice
a lo garçon” y “La última belleza sureña”. En ambos casos se trata
de muchachas que consumen sus días pavoneándose en público y disfrutando de la
vida. En todo caso “Bernice a lo garçon” me parece más interesante. Es más, creo que es el mejor cuento del libro.
Y es que ese juego de odios encubiertos entre las primas, con venganza final incluida, resulta maravilloso a la par que terrorífico.
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