Uno de
los monumentos más visitados de Roma es La fuente de los cuatro ríos o Fontana
dei Fiumi, obra del maestro Gian Lorenzo Bernini, y que ocupa el centro de
la Piazza Navona. La presencia de esta recuerda las naumaquias que allí
se celebraban hasta el siglo XVI, inundando toda la plaza. De una gruta de
rocalla, adornada de árboles que dan la impresión de ser barridos por el viento
y coronada por un obelisco, surgen un león y un caballito de mar. Las grandes
estatuas alegóricas simbolizan a los cuatro ríos, el Danubio, el Ganges, el
Nilo y el Río de la Plata, en clara alusión a los cuatro continentes, Europa,
Asia, África y América.
El caso es que esta fuente es el punto de partida de una fantástica novela
gráfica nacida fruto de la colaboración entre Edmond Baudoin, dibujante e historietista
nizardo, y la famosísima escritora de novela negra Fred Vargas. El libro se
llama, como no, “Las cuatro fuentes” y está publicado en España por
la editorial Astiberri.
La historia es similar al argumento de cualquier otro libro de Vargas y por los cuales esta autora francesa ha alcanzado un reconocimiento mundial. Es más, participan de ella dos de sus personajes principales: los inspectores Adamsberg y Danglard. Nos encontramos con un oscuro asunto criminal. Se ha producido un truculento asesinato con tintes de ritual, que posiblemente esté enlazado con otros de similares características cometidos tiempo atrás. Al menos eso es lo que sospecha el aplicado Adamsberg.
La historia es similar al argumento de cualquier otro libro de Vargas y por los cuales esta autora francesa ha alcanzado un reconocimiento mundial. Es más, participan de ella dos de sus personajes principales: los inspectores Adamsberg y Danglard. Nos encontramos con un oscuro asunto criminal. Se ha producido un truculento asesinato con tintes de ritual, que posiblemente esté enlazado con otros de similares características cometidos tiempo atrás. Al menos eso es lo que sospecha el aplicado Adamsberg.
A diferencia que en las anteriores muertes, las pesquisas policiales
encontrarán un hilo del que poder tirar para esclarecer el asunto. Se trata de la
figura de un joven ladronzuelo que posiblemente conozca la identidad del
psicópata y que vive semi-aislado del mundo en una granja con sus hermanos y
padre al cual ayuda a culminar su gran obra: una réplica de la mencionada
fuente berninesca hecha a base de latas y chapas de cerveza. A
partir de aquí, los inspectores van a conseguir decodificar este complejo
asunto.
Leí que el filósofo Fernando Savater considera a Fred Vargas como una de las
mejores novelistas francesas del momento, en cualquier género y categoría. Y
vaya, que no sé si estoy de acuerdo, pero de estarlo, esta tremenda historia podría
utilizarse como prueba de cargo. Encima el álbum está maravillosamente ilustrado por el mencionado Baudoin,
con ese ese estilo tan reconocible que resulta la mar de apropiado.
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