miércoles, 19 de mayo de 2010

Cuentos de Horacio Quiroga

-->
Me acabo de terminar una colección de dieciocho relatos firmados por Horacio Quiroga, quien, no os voy a engañar, no es Santo de mi devoción. Este cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo – argentino es considerado como el maestro del cuento latinoamericano y el padre literario de todo un Premio Nobel como Gabriel García Márquez, lo cual no es poca cosa. Sin embargo, a mi no me ha acabado de gustar. Precisando lo anterior, no es que no me acabe, es que muchos de sus cuentos, directamente, no me gustan nada. Independientemente de si son de su etapa inicial, la de niño bien de provincias, más bien romántico, y que lo entroncan con el universo Poe,  como si se trata de sus últimas creaciones, escritas a la vez que ejercía de barbudo pionero en la provincia de Misiones (Argentina), sufriendo los rigores de la selva y sirviéndose de ellos para elaborar sus historias.

Precisamente de esta última época son aquellos cuentos que le otorgaron un mayor reconocimiento. Relatos breves de mensúes y plantaciones de yuca, de desarrapados e hidalgos que dieron con sus huesos en los territorios más inhóspitos de la Argentina. Esos en los que la naturaleza se erige como principal protagonista, como enemiga del ser humano bajo rasgos temibles y horrorosos. No es casual, la vida de Horacio Quiroga estuvo marcada por la tragedia, con accidentes de caza y  suicidios de por medio, incluyendo el suyo propio en un Hospital bonaerense y tras conocer que padecía cáncer de estómago. Esa circunstancia queda reflejada tanto en su forma de escribir como en los temas sobre los que escribe. Raro es el cuento en el cual no veamos reflejada la vida de su autor en algún pasaje o escenario real. Un aspecto éste que desconocería, de no ser por las interesantes notas a píe de página que incluye la versión de los “Cuentos” de la editorial Cátedra: Letras Hispánicas.

Antes he dicho que muchos de los cuentos no me gustan nada. Pues bien, tengo que ser justo, también los hay que me agradan e incluso mucho. Sobretodo aquellos con los que se abre y cierra la edición que yo me he leído. Como los dos primeros incluidos en “Cuentos de amor de locura y de muerte”, publicados originalmente en  1918 y que están en la onda de las “Narraciones Extraordinarias” de Edgar Allan Poe. También me parece muy bueno el que les sigue y que se titula “A la deriva”, si bien no tiene nada que ver ni en la forma ni en la temática, tratándose de un relato de corte naturalista. Ahora, si he elegir uno, me quedo con el que cierra el libro: “El hijo”, el más estremecedor de todos ellos. Muy logrado el desasosiego de ese padre, claramente reflejo del propio autor, que sufre por los peligros que acechan a su hijo en la selva, en donde ambos conviven. Muy bueno y con un final cojonudo. Pese a todo lo cual, insisto en lo dicho al comienzo… no he logrado que la prosa de don Horacio me cautive.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...