miércoles, 12 de mayo de 2010

Todo arrasado, todo quemado

-->
“Todo arrasado, todo quemado” es el primer libro del canadiense Wells Tower y ha sido todo un acontecimiento en el mundo literario norteamericano. Publicado originalmente en 2009, se trata de una colección de relatos que ha maravillado tanto a crítica como a público estadounidense, de hecho, algunos prestigiosos medios como el New York Times o el Publishers Weekly han dedicado elogiosas palabras a su joven autor, llegando a calificar su ópera prima como “uno de los mejores debuts literarios de los últimos tiempos”. He de reconocer que yo desconocía todos estos datos cuando me decidí por comprar el libro. Supongo que me pilló en un momento de esos en los que estoy cabreado con el mundo, leí el título del libro y decidí que me venía al pelo. Bueno, no sólo el título es el responsable, también la portada con esa escena en la que hay un vikingo barbudo, una noria de colorines y una cartografía antigua al fondo. El caso es que me alegro de haberme decidido por este libro.

 

Las historias en él recogidas describen diferentes y variadas situaciones que sirven a Tower para hablarnos de las cosas del querer, del fracaso y de la frustración, de las diferencias insalvables que se abren entre los seres humanos, y todo ello sin lanzar juicios morales. Esta claro que su forma de escribir entronca con la mejor tradición literaria norteamericana, desde Cheever a Carver y a sus características historias de losers. Aunque a mí, quizás, me ha recordado más a los autores de la “Generación quemada”, muy especialmente a George Saunders o al añorado David Foster Wallace, sobretodo en el modo como introduce elementos de humor en los relatos.  


Dentro de esa galería de personajes a la deriva que protagonizan los relatos de “Todo arrasado, todo quemado”, merece una mención especial el del vikingo deprimido del último cuento, justo el que da título a la antología. Lo que se nos narra es una historia de vikingos (y va en serio), pero no a la vieja usanza, ni empleando los recursos propios de la novela histórica, sino los propios de un escritor contemporáneo. El prota se expresa igual que lo haría un mecánico de Ohio y sus planteamientos y reacciones no distan demasiado de los que tendría cualquier personaje de Raymond Carver. 

Por lo demás y pese a que todos los cuentos me parecen muy buenos, mis favoritos son aquellos que están protagonizados por hombres. Como “La costa marrón”, en el cual un carpintero que ha perdido casa, trabajo y esposa, marcha a la residencia de playa de su tío para intentar alzar el vuelo, o “Retiro”, en el cual un par de hermanos que no se llevan demasiado bien, pasan unos días juntos en una cabaña en plena naturaleza.

Acabo de toparme con que el tipo éste ya había publicado algunos de sus cuentos en The New Yorker, Harper’s Magazine, McSweeney’s, The Paris Review, The Anchor Book of New American Short Stories y The Washington Post Magazine, siendo galardonado con algún que otro premio por ello. No me extraña, es muy bueno. Y el librito supone un debut espléndido. Nuevos aires literarios. A ver si duran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...