Me encanta esté dicho tan
británico, que me viene perfecto hoy para hablar de ópera. Y es que la
tarde-noche del pasado domingo, fui por primera (¿y última?) vez a ver como es
eso del bel canto. Y no cantaba sólo
una gorda, ¡ni dos!, sino toda una caterva de gordos y aspirantes a serlo que
protagonizan la representación que de Aída
(Giuseppe Verdi) están pasando en el
Palau de les Arts Reina Sofía. He de decir que cantaron bien, ¡hasta muy
bien! Al menos eso es lo que se desprende del efusivo aplauso con el cual el
público despidió a los intérpretes. Aunque a mí, tengo que reconoceros, ni fu
ni fa. Vamos, que tengo la sensación de que esto de la ópera como que no es
para mí. Porque ni siquiera puedo achacar la cosa a una mala ubicación, con
escasa visibilidad y/o mala sonoridad. Ni al típico vecino de butaca que no
para de hacer ruiditos o que es incapaz de callarse hasta debajo del agua. Nada
de eso. Teníamos unas butacas de la hostia, de esas que cuestan un riñón y
precisan ser reservadas con muchísima antelación, que alguien muy próximo nos
regaló. Allí, rodeados del glamour operístico, beautiful people a tutiplé, la
crème de la crème de la societat
valenciana, todos ellos emperifollados para la ocasión, como si compitiesen los
unos contra los otros para ver quien va más guapo/a (aunque al final de la
corrida pareciera más bien que competían por ver quien iba más hortera, con
mención especial para un dandy con
melena cana, que llevaba unas preciosas botas de caña hasta las rodillas, ¡y por
fuera del pantalón!). Así que ¡ni por esas tú!
Visto lo visto, para mí la
ópera no deja de ser una obra de teatro alargada (¡tres horas y veinte
minutos!), en la que una panda de travestidos dan voces como si alguien les
estuviese estrujando los cojones. Y probablemente algo de cierto haya en eso, a
la vista de cómo chillaron los protas a lo largo de los cuatro actos en los que
se dividió Aída, la ridícula historia
de amor entre la hija del rey etiope Amonasro y el capitán de la guardia
egipcia Radamés. Porque de eso va la obra, del amor imposible entre estos dos y
del tercero en discordia, la hija del faraón Amneris, que no hace más que
malmeter desencadenando el trágico desenlace final. Vistos los jetos y los cuerpos “turgentes” de los
tres mendas, me planteo yo que esto sí
que es un auténtico triángulo de amor bizarro y no el cagarro ese de banda que tanto gusta a algunos de mis amigos.
Bueno, algo sí me gusto.
Las coreografías del coro de despechugadas bamboleándose en torno a los sacrificados
y al consejo sacerdotal, estuvieron bastante bien. Y la música, al cargo de quien
en breve será nombrado nuevo director musical del teatro -el israelí Omer
Wellber-, también. Pero poco más. En fin, que se le va a hacer,
será cierto eso de que no está hecha la miel para la boca del asno.
Hostia tío, sabes q estuve a punto de salir en Aida? Bueno, quien dice casi salir, dice q me enteré de q buscaban figurantes q practicaran artes marciales y ahí q me autoapunté. I se ve q no tenían mucha gente pq va y me avisan para el casting, con las trolas q había metido yo en mi currículum.
ResponderEliminarEn fin, q vino un "yanki" a dirigir el casting y, menos mal q no pude ir por temas de horario, pq los puso a correr y a dar brincos por el Palau de les Arts y más de la mitad se puso a potar de la hostia.
Al final, como siempre, cogieron a unos "enchufaos", ya estamos acostumbrados...
Hostias pues hubiera molao. Hubieras sido sacrificado por unas huríes despechugadas en lo que es la mejor escena de toda la ópera. Tu minuto de gloria... je je je
ResponderEliminarInjustificable comentario sobre T.A.B. Algún día verás la luz.
ResponderEliminarPd: la ópera está sobrevalorada. Casi tanto como Bojan.
...la luz me ciega Mr. Red, and you know it's true everything I say!!!
ResponderEliminarNo hay nadie más sobrevalorado que Bojan Kikirikí, Ivanrojo! jajaja, yo me desespero te lo juro, tío! y eso que he en su día vi jugar a Kluivert y centrar a Sergi Barjuan (tendría que ser menos exigente como aficionado, por esa razón). Impagable la anécdota del casting de 'Aida', por cierto.
ResponderEliminarPues no te voy a decir Sulo, qeu no tengas parte de razón con lo de TAB, pero tengo el primer disco y hay un par de canciones extraordinarias. Después les perdí la pista y leí y vi un par de entrevistas que me hicieron pensar que eran idiotas. Les cogí manía a paretir de entonces.
Lo de la ópera coincido, es un fraude para lo apoteósico que resulta para todo el que va y te lo cuenta. No sé, tal vez sea yo, pero es que parece que sea la hostia en pepitoria y que queda de coña decir que te llena la música respetando lo clásico y esas chorradas. Muy bien, pero no tiene porque ser así. En fin, que me explico como el culo, tio, jajaja, mejor lo dejo, pero vamos que me ha gustado mucho la coherencia y sinceridad de este post.
Bojan Krkic está sobrevalorado??? Pero si es un nen de la cantera maes, això com pot ser??? ja ja ja... ¡¡¡la ópera sí que está sobrevalorada!!! Y no porque sea una mierda, sino pq pretenden vendernosla como si fuese la polla en vinagre cuando, como mucho, es la polla o 1/2 polla y ná más. Encima lo revisten todo de una aureola y una pompa para totalmente de modé que tan sólo sirve para cobrarte un pastizal por ver el espectáculo. Vamos que no es pa' tanto.
ResponderEliminar...y diga lo que diga Iván, los TAB están más sobrevaloraos que el Bojan, Mikhael Ballack y Ribery, todos juntitos!!!
Hala!!!