“Píldoras
Azules” es el tebeo que catapultó al
suizo Frederik Peeters hacia los puestos de cabeza en la primera división de la
historieta mundial. En él aborda el siempre complicado tema del SIDA, pero desde
una perspectiva autobiográfica y para nada autocompasiva. La historia es la suya
y la de su pareja, una joven madre soltera y seropositiva. Llama la atención como
Peeters elude cualquier visión dramática o triste de esa realidad, adoptando siempre
un todo alegre, esperanzado y no exento de sus momentos de humor. Y bajo ese
prisma vemos como vive con y en ello, cual es la relación entre ellos y también
con un crío de apenas tres años. Con quienes nos impregnaremos de una suerte de
celebración de la vida no tan distinta a la de tantas familias jóvenes, con el
aditivo aquí de las píldoras azules a las que hace mención el título, que madre
e hijo han de tomar diariamente.
Además Peeters se trabajó el “Píldoras
Azules” del tirón. Sin planificación ninguna, quiero decir. Es lo que tiene eso
de dibujar como un capitán general. Con un sencillo dibujo en blanco y negro, insertando
viñetas con una fuerte carga simbólica y empleando un tipo de narración muy
libre.
El álbum fue galardonado con
el Premio Jules Töpfer de la
Villa de Ginebra 2001, además de ser nominado al mejor álbum
internacional en los prestigiosos salones del cómic de Angouleme 2002 y
Barcelona 2005.
“No pretendas que los acontecimientos sucedan como tú quieres, confórmate en
aceptarlos como llegan. EPÍCLETO”. “Epícleto no tenía Sida”.
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