jueves, 5 de junio de 2008

Once aka una vez y no más Santo Tomás


Anteayer, revisando comentarios realizados por los usuarios de una conocida web dedicada a establecer afinidades cinematográficas, me topé con la retahíla de parabienes que los críticos profesionales dedicaron a esa peliculilla irlandesa llamada “Once”, dirigida por un tal John Carney en el 2006…

"Una mágica y cautivadora maravilla. (...) Un regalo de película que merece la pena ver más de una vez. (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)." (Peter Travers: Rolling Stone)

"Otra película podría tener una producción mucho mayor, pero ninguna otra podría haber llegado al nivel de encanto y satisfacción de ONCE. La fórmula es muy simple: dos personas, unos instrumentos, 88 minutos, y ninguna mala nota." (A. O. Scott: The New York Times)

"Una película para todo aquel que, en algún momento, se haya sentido atrapado por la fuerza y la pasión de la música." (Claudia Puig: USA Today)

"No puedo imaginarme a nadie que viendo ONCE no se enamore al instante de ella." (Rene Rodríguez: Miami Herald)

"Una película pequeña con un enorme corazón." (Ruthe Stein: San Francisco Chronicle)

"El perfecto musical 'indie' (...) obra de una riqueza nada evidente, cuyo encanto va entrando en el espectador por sedimentación, en delicadas capas de carisma. (...) Una película así no se estrena cada día. Ni cada año." (Jordi Costa: Diario El País)

"Un musical artesano. (...) A su manera modesta y sin levantar la voz (...) rescata la música de su condición usual de hilo musical corporativo. (...) Puntuación: *** (sobre 5)." (Antonio Weinrichter: Diario ABC)

"Es una de esas joyas que cada mucho tiempo llegan a la cartelera (...) una banda sonora memorable y un derroche de sensibilidad, autenticidad e inteligencia (...) Puntuación: **** (sobre 5)." (Alberto Luchini: Diario El Mundo)


¿Estamos locos o qué? ¿O es que yo no vi la misma película que esta peña?

Porque, vaya…

-        -  No merece la pena verla más de una vez, Peter Travers. De hecho no merece la pena verla ni una sola vez.
-         - Ni capté el nivel de encanto y satisfacción que dice O.J. Scott. Tampoco de desencanto, ni de ná… Porque eso es lo peor, “Once” no transmite nada de nada.
-         - Podríamos comparar mi colección de elepéscedés con el de la señora Claudia Puig y toda esa gente a la que tanto ha agradado tamaño bodrio, sintiéndose “atrapados por la fuerza y la pasión de la música”. Y no acepto como discos de música ni los de Sergio Dalma ni los de Maná...
-        - Fuck René…  Man, yo lo que no me imagino es justo lo contrario a lo que tu afirmas. Vamos, me resulta inconcebible.
-         - A la del San Francisco Chronicle decirle que gran ciudad la suya. Eso y que “guatita llena, corasón contento”.   
-         - Ante la afirmación de Jordi Costa de que “una película así no se estrena cada día, ni cada año”, no tengo nada a oponer. Sólo digo y eso que no soy creyente, que a Dios gracias.
-         - Y a Weinrichter que para ser un “musical artesano” que no levanta la voz, el dolor de cabeza con el que sales del cine es fino…
-         - Por último a Alberto Luchini le explicaría que el hecho de que una banda sonora sea memorable no es necesariamente positivo. De hecho esta película es un claro ejemplo de cómo hacer una banda sonora de la que nos acordemos toda la vida, pero por lo mala que es.
-         - Ah! Y lo de “el perfecto musical indie”, que se lo he leído a varios. ¿Pues qué queréis que os diga? Sí que está mal la cosa indie.

[...]

Siguiendo con el tema, ya que estamos, me hago la siguiente pregunta:  ¿Hay una puta película irlandesa que sea buena?

... me planteo yo. Que me vi arrastrado por la gran repercusión que en los ambientes culturetas tuvo esté truño, acercándome hasta un cine de mi ciudad para ver si respondía a todo lo bueno que de ella había leído. Craso error. Resulta que la “original propuesta” del Sr. Carney consistía en mezclar un pastelón de los de toda la vida -véase A3 o T5 cualquier domingo de sobremesa- con una suerte de video promocional de la Gira 2007 de Pearl Jam... Sólo que, ni el pelirrojo cabrón ni su rollete veraniego checo le llegan a la suela de los zapatos a los chicos del gran Eddie Vedder. Pos ná, pensé.... Una menos en la lista y mil calas a la basura... Y todo el mundo contento. Especialmente los del cine. Eso sí, una recomendación a los amigos irlandeses: Dedíquense a montar pubs y hacer cervezas artesanas, en lo que son grandes maestros. Y dejad de marear con “originales propuestas” de ínfima calidad como esta, u otras aún recientes. Recuérdese la vergonzante “La memoria de los peces” de la señora o señorita Liz Gill.

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