Ya han
pasado un par de días desde que vi la peli y aún sigo con el cuerpo cortao.
El puto Lars Von Trier, que es un puto animal y no deja de sorprendernos con
cada una de sus nuevas producciones, a cada cual más salvaje. Y es que si todo
lo que habíamos visto del danés ya era duro, se queda en nada al lado de este
ejercicio de sadismo y malrollismo extremo titulado “Anticristo”.
Hace unos meses, uno de los productores de la obra planteaba ante los medios que
habrían de ser los espectadores quienes descubrieran el anticristo en el film.
Pues bien, servidor ha concluido que no es ninguno de los personajes principales,
¡¡¡el puto anticristo es el mismísimo Lars von Trier!!!
La película -con muy buenas interpretaciones de Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe- cuenta la historia de una pareja que intenta superar la muerte de un hijo, quien se arroja por la ventana mientas ellos estaban echando un polvo. Como la madre es incapaz de pasar página, el marido, psicólogo de profesión, decide llevársela a una cabaña en medio del bosque. El lugar donde pasó el último verano con el pequeño. Allí encerrada habría de enfrentarse a sus miedos, pero la terapia no funciona en ningún momento. Es más, empieza a comportarse de una forma dada vez más extraña. Y no sólo ella, también la naturaleza que los envuelve.
La película -con muy buenas interpretaciones de Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe- cuenta la historia de una pareja que intenta superar la muerte de un hijo, quien se arroja por la ventana mientas ellos estaban echando un polvo. Como la madre es incapaz de pasar página, el marido, psicólogo de profesión, decide llevársela a una cabaña en medio del bosque. El lugar donde pasó el último verano con el pequeño. Allí encerrada habría de enfrentarse a sus miedos, pero la terapia no funciona en ningún momento. Es más, empieza a comportarse de una forma dada vez más extraña. Y no sólo ella, también la naturaleza que los envuelve.
Pese al premio a la mejor actriz en Cannes, la acogida general de “Anticristo”
no fue buena. Desde la ciudad de la Costa Azul nos llegaron crónicas que
relataban como la gente se desmayaba en plena proyección o salían para vomitar.
Los hubo incluso que se levantaron en mitad del espectáculo para increpar al
realizador danés. Buceando entre los artículos dedicados a la película por
aquellas fechas, me topo con uno de Oti Rodríguez Marchante para el ABC
que dice lo siguiente: “Una cosa es lo desagradable, lo insoportable,
lo cruel..., y otra muy distinta Anticristo (...) a ver quién le encuentra el
espectador adecuado: los cuerdos, no, pero los locos mucho menos.”
Y es que la película es droga dura. En casi dos horas de metraje asistimos a una
ablación de clítoris, una pierna atravesada por una broca enorme, eyaculaciones
sangrientas y todo tipo de violencia física y psíquica, además de un sinnúmero de
escenas de sexo explícito. Pero a Von Trier se la suda todo. Ya lo dejó bastante
claro durante la presentación: “no tengo que justificarme. Yo hago
películas y esta es fruto de la voluntad de Dios. Además, yo soy el mejor
director de cine del mundo. No me debo a la audiencia sino a mí mismo. Hago las
películas para mí. Vosotros sois sólo mis invitados”.
Okey man. Vale que Von Trier es un tipo arrogante como pocos y que quizás
este “Anticristo” no sea su mejor trabajo. Pero de ahí a calificarlo
como una mierda con pretensiones de transgredir, opinión generalizada entre la
crítica especializada y no tanto, pues como que no. Algo que proviene de la
atormentada mente del que, muy posiblemente, sea el director de cine más
importante que ha surgido durante los últimos veinte años, no puede ser una
mierda. Y es que, de los directores en activo, ¿a quién además de a Von Trier
le debemos una verdadera renovación del lenguaje cinematográfico?
El guión de “Anticristo” me ha parecido muy sólido. Un continuo crescendo con
un impactante final, pero sin atisbo de descontrol. El lenguaje empleado juega
con elementos del thriller psicológico y del cine de terror.
Pero sobre todo, lo más destacable es el aspecto visual, con escenas
potentísimas que en ocasiones llegan a ser muy desagradables, por lo grotescas
y conscientemente provocadoras. Pero ahí nos apostamos como espectadores morbosos,
incapaces de retirar la mirada…
En fin, que me ha gustado bastante la última cinta del chico malo del cine
danés. El realizador contemporáneo que mejor maneja las emociones del
espectador, en dura competencia con el austríaco Michael Haneke.
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