"(...) no
pretendo escribir una oda al abatimiento, sino jactarme con tanto brío como el
gallo encaramado a su palo por la mañana, aunque sólo sea para despertar a mis
vecinos"
“Cuando, en
medio de una lúgubre depresión, rompiendo un domingo el terrible silencio de
nuestras aceras de tablas, o quizá velando en la funeraria, oigo cantar al
gallo, cerca o lejos, pienso para mí: Al menos, uno de nosotros se encuentra
bien… y con una repentina efusión, vuelvo a mi ser.”
Henry David Thoreau (“Desobediencia civil y otros textos”)
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