“Resurrección” (1999) es un thriller
dirigido por Russell Mulcahy sobre un detective encargado de la investigación
de una serie de espeluznantes crímenes en la ciudad de Chicago. Al parecer, el
asesino ha tenido la ocurrencia de reconstruir el cuerpo de Cristo con miembros
amputados de sus víctimas. Tan magna obra debería quedar completada para el
domingo de resurrección. Nada nuevo bajo el Sol. Siendo esta cinta un plagio, burdamente
disimulado, de la celebérrima “Seven” dirigida por David Fincher en el año
1995.
El verdadero motivo por el
cual comento esta porquería es para manifestar mi opinión respecto al actor
protagonista, don Christopher Lambert. Y eso porque en los días de mi vida he
visto actor más lamentable que éste. Ya desde su etapa de guaperas -que
alguien me lo explique-, hasta sus aportaciones al cine histórico o historicista, o incluso cuando hace de gorila gorilón, Mr.
Lambert se ha empeñado en mostrar al mundo de los insufribles cinéfagos -sí
chavales, aquellos que acabamos tragándonos cualquier cosa que pasan por la tele
al margen de la pinta que presente el producto- que cualquier tonto con suerte
puede ganarse la vida y bien en una profesión para la cual simplemente no vale.
Pues bien, me doy por aludido y le reconozco el mérito Christopher. ¡Es usted
pésimo! ¡¡¡Nefasto!!! En los días de mi vida he visto un profesional tan negado. ¡Y sin embargo vive de ello! ¿Cómo lo ha conseguido? ¿Cuál es su
secreto? Porque ni haciéndolo a posta se puede ser tan malo. Con sus actuaciones consigue hacer buenos a Vin Diesel, Van
Damme, Steven Seagal o Chuck Norris... Que tié cojones la cosa… Así
que, acepte esta recomendación de un humilde aficionado al cine: ¡Retírese
hombre! Vaya a disfrutar de sus hijos o nietos o caballos o lo que tenga en su rancho texano. O dedíquese al arte, a la papiroflexia o a moldear bonsais. ¡Haga lo que le rote! Se lo
ha ganado con creces. Ale, arreando… Y cierre la puerta al salir.
Pero no... No solo es incapaz de retirarse, aunque fuere por dignidad, sino que ahora se deja humillar en una campaña publicitaria luciendo de esta guisa…
S/c.
Lo gracioso es que la
colaboración entre Mulcahy y Lambert, dio buenos frutos en el pasado. De hecho,
buceando en ese océano de mierda que es la filmografía del amigo Christopher, encuentras dos filmes como “Los Inmortales”(1986) y su secuela “Los Inmortales II: El desafío” (1991), ambos con el de
Long Island en el rol principal y el realizador australiano tras las cámaras.
La historia de esos seres que sólo pueden morir decapitados entre sí y que viven
desde hace siglos entre los hombres ocultando su identidad, es seguramente lo
único decente que han filmado ambos, juntos y por separado. Y por eso ilustro la entrada con esa fotito...
No, si al final habrá que quererle... Redèu quina Creu!!!
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