Los creacionistas son un heterogéneo
grupo de majaras que basándose en dogmas religiosos establecen que tanto la
Tierra, como todos los seres vivos que la pueblan, provienen de un acto de
creación llevado a cabo por un ser divino. En los últimos tiempos, se han
agrupado en colectivos de carácter pseudo-científico para militar contra las
teorías de la evolución. “¡El hecho evolutivo no existe, sólo existe el acto
de Dios que nos ha creado con un propósito determinado!” “¡La ciencia ha muerto,
viva Dios!” Hay que ser cenutrio.
Yo pensaba que estas modas nos eran ajenas y sobre todo lejanas. Movimientos propios del país de las barras y estrellas, en dónde surgieron -¿Cómo no?- y que de tanto en tanto
se cuelan en los informativos patrios a resultas de alguna ridícula campaña para
impedir la enseñanza de las teorías de Darwin en escuelas o Universidades.
Sin ir más lejos, en los últimos días hemos conocido que la candidata
republicana a la vicepresidencia de los EEUU, una tal Sarah Palin, es ferviente
militante de estas doctrinas. Llegando a imponer la censura de determinados
libros en las bibliotecas del villorrio alaskeño del que fue alcaldesa durante
ocho años. Un cromito la señora.
Pues mira tú por donde que ya les tenemos aquí. Y como toda tendencia
proveniente de los EEUU, ha iniciado su expansión a lo grande. Ya el año pasado
la oscarizada actriz francesa Marion Cotillard, nos dejó a todos con la
boca abierta cuando en rueda de prensa y sin venir a cuento, soltó una retahíla
de chorradas creacionistas que luego ha continuado repitiendo en diferentes
lugares. Pero ahora nos toca más de cerca. Cual mancha de fuel vertida por
el Prestige, aquellos “pequeños hilos de plastilina” han
alcanzado nuestras costas a través de diversas personalidades de la cultura. De
la cultura facha, se entiende, siendo su primera víctima el periodista,
escritor y crítico cinematográfico Juan Manuel de Prada. Este apologeta de la
crispación -pero buen escritor, hay que joderse- se ha sumado a la causa, pringándose de la cabeza a los pies de
chapapote creacionista. ¿Qué no os lo creéis? Pues echadle un ojo a este artículo
publicado por el XL Semanal. No tiene desperdicio.
Y si no continúo hablando de este gordo decadente, afectado y
pedante, es porque el menda se merece toda una serie de UN PAÍS DE
IMBÉCILES para él sólo. Próximamente en las peores librerías.
Agur.
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