martes, 21 de julio de 2009

Tokio blues (Norwegian wood)


Haruki Murakami es japonés y a mí los escritores japoneses -y prácticamente todos los orientales- no me atraen mucho. Su forma de ver las cosas, su sentido de la belleza, su tristeza endémica y otros aspectos achacables a las diferencias culturales y de cosmovisión, hacen que me resulte difícil disfrutar al ciento por ciento de su escritura. Sin embargo, esa densidad oriental no me molesta en las novelas de Murakami y eso que, como confesé en una entrada reciente, me resistí muchísimo en darle una oportunidad - para disgusto de varios de mis amigos, que me insistían casi a diario con el temita-.

Es cierto que, según yo lo veo y con el escaso bagaje que dan las dos novelas leídas, Murakami cuenta siempre la misma historia. Una que va sobre el difícil tránsito de la adolescencia a la madurez y de las pérdidas que comporta. La toma de conciencia de que todo lo pasado ya no volverá y que, mal que peor, hay que mirar hacia delante. Porque en el fondo, eso es lo que cuenta en “Tokio blues (Norwegian wood)”, la más exitosa de las creaciones de este fabulador nacido en Kyoto hace seis décadas. Una novela que se ha convertido en un auténtico fenómeno literario en España gracias al boca a boca. Y eso que fue publicada con más de veinte años de retraso.

Los mínimamente aficionados a la música ya sabréis que “Norwegian wood (This bird has flown)” es una conocida composición de los Beatles que viene incluida en su álbum de 1965 “Rubber Soul”. Al comienzo del libro, mientras el protagonista aterriza en el aeropuerto de Hamburgo, escucha una versión cutre de esta canción, lo que le hará retroceder unos veinte años, cuando habitaba en el turbulento Tokio de finales de los sesenta. Aquí comienza la evocación melancólica de una misteriosa mujer a la que amó y que, por circunstancias que no procede desvelar, le abandonó. En un recorrido que abarca desde su llegada a Tokio, hasta un inquietante final, vamos transitando por los barrios de la capital del Japón en su compañía y la de sus peculiares amigos. A quienes, con el tiempo, irá dejando atrás. Bonita historia de amistad, amor, sexo y muerte en la que se plantea aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor. ¿Pero seguro que fue mejor? No lo tengo yo tan claro. 
“I once had a girl,or should I say, she once had me.She showed me her room,isn't it good, norwegian wood? (...) And when I awoke I was alone,this bird had flown.So I lit a fire,isn't it good, norwegian wood.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...