Me he chamao del tirón “Scream” del amigo Chris Cornell. Y hostia tú, sí que es para
gritar sí, ¡pero de pavor! Menudo truñaco de disco que ha parido “la voz” más
reconocible del grunge. La madre que lo parió… Uno llega a pensar
que el disco es una broma pesada que Chris, que debe ser un cachondo mental, le
está gastando a alguien. Porque si la cosa va en serio, ¡vaya tela marinera! Y
es que no hay por dónde cogerlo. Ni hay a lo que agarrarse, mucho menos algo que rescatar. Las canciones parecen hechas por y para Justin Timberlake o Rihanna,
pero en peor, que tiene mérito la cosa. Con toques de vocoder a lo Cher o la última Madonna, ¡y no es coña! Hostia,
que eres el puto cantante de Soundgarden, ¡respétate! Y respétanos...
De vergüenza ajena no... Esto va mucho más allá. Inenarrable. Si es que, viendo la portadita, ojalá se le hubiese escurrido la guitarra y se hubiese dado en los huevos bien fuerte… Madre del amor hermoso, que cosa…
De vergüenza ajena no... Esto va mucho más allá. Inenarrable. Si es que, viendo la portadita, ojalá se le hubiese escurrido la guitarra y se hubiese dado en los huevos bien fuerte… Madre del amor hermoso, que cosa…
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